Inicio NOTICIAS Cuando dos amigos estratégicos pierden el rumbo
Thomas Friedman
The New York Times

Cuando dos amigos estratégicos pierden el rumbo
Thomas Friedman
The New York Times

Por
0 Comentarios

Como amigo tanto de Turquía como de Israel, ha resultado atroz ver el desastroso enfrentamiento entre los comandos navales israelíes y una flota de activistas "humanitarios" que pretendían romper el bloqueo israelí de Gaza. Creo que tanto Israel como Turquía han perdido su equilibrio últimamente, y que es tarea de Estados Unidos ayudarlos a recuperar su centro urgentemente.

Siempre he tenido debilidad por Turquía. Una vez incluso argumenté que si la Unión Europea no admitía a Turquía, deberíamos invitar a ese país a unirse al Nafta. ¿Por qué? Porque creo que es realmente importante si el país es un puente o un dique entre el Occidente judeocristiano y el Oriente árabe y musulmán. El papel de Turquía para equilibrar e interpretar a Oriente y a Occidente es una de las bisagras que contribuyen a mantener la estabilidad del mundo.

Por casualidad estuve en Estambul cuando se reabrió la calle en la que estaba una de las sinagogas que fue blanco de un ataque suicida en noviembre de 2003. Dos cosas me impresionaron: primero, el rabino mayor de Turquía apareció en la ceremonia, de la mano del principal clérigo musulmán de Estambul y el alcalde local, mientras la multitud les arrojaba claveles rojos. Y, en segundo lugar, el líder de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que procede de un partido islamista, le hizo una visita al rabino mayor: fue la primera vez que un primer ministro turco visitó al rabino mayor en su propio despacho.

Desde entonces, he visto a Turquía desempeñar un papel importante de mediación entre Israel y Siria, y votar, hace apenas un mes, a favor de que Israel se integre a la OCDE.

Por lo tanto, ha resultado doloroso escuchar al mismo primer ministro Erdogan atacar públicamente en los últimos años, y cada vez con más vehemencia, a Israel por su manera de tratar a los palestinos de Gaza. Muchos consideran que es una manera en la que Turquía busca congraciarse con el mundo musulmán después de haber sido rechazada por la UE.

No tengo problema con que Turquía o los grupos humanitarios critiquen a Israel en un tono subido. Pero sí tengo un gran problema cuando la gente se indigna tanto por las acciones de Israel en Gaza pero no se subleva ante la participación de Siria en el asesinato del primer ministro del Líbano, por la masacre perpetrada por el régimen iraní contra sus propios ciudadanos que se manifestaban para exigir el derecho de que se contaran sus votos y por los combatientes de Hamas que destruyeron un campamento de verano patrocinado por la ONU en Gaza porque allí no se adoctrinaba a los niños con las principios del fundamentalismo islámico.

La preocupación suscitada por Gaza y el bloqueo israelí es tan desproporcionada frente a estos otros casos atroces que ocurren en la región que no resulta sorprendente que los israelíes la desestimen por considerar que está motivada por el odio, y no como un consejo de amigos.

Papel histórico

Si Turquía se desplaza demasiado hacia Oriente, tal vez se vuelva más popular en algunas calles árabes, pero perdería su papel histórico como país que puede ser musulmán, moderno, democrático y en buenas relaciones tanto con Israel como con los árabes. Una vez que pase esta crisis, debe volver a recobrar el equilibrio.

Y lo mismo vale para Israel. No hay dudas de que esa flotilla era una fachada. El servicio de inteligencia israelí no consiguió evaluar plenamente quién estaba a bordo, y los líderes de Israel, por cierto, no lograron pensar más creativamente sobre la manera de evitar el violento enfrentamiento que buscaban los que querían romper el bloqueo.

Sin embargo, al mismo tiempo, el bloqueo parcial israelí de Hamas y Gaza se ha mantenido ahora durante casi cuatro años. Seguramente no todo es culpa de Israel, dada la negativa de Hamas a reconocer a Israel o a los anteriores acuerdos de paz, y sus repetidos ataques misilísticos contra territorio israelí.

Pero lo que sé con certeza es esto: a Israel le conviene más que nada poner más imaginación diplomática y más energía en acabar con el bloqueo de Gaza. ¿Durante cuánto tiempo más podría durar? ¿Tendremos toda una nueva generación creciendo en Gaza mientras Israel cuenta cuántas calorías recibe cada uno de sus miembros? Sin dudas, eso no le conviene a Israel.

Pero Israel ha logrado controlar a los palestinos tan bien que hasta podría llegar a sentirse cómodo con una situación que no sólo socave su fibra moral sino que además aumente su aislamiento a nivel internacional.

Es posible que Hamas no le dé otra opción, pero Israel podría demostrar mucha más iniciativa para averiguar si existe alguna otra opción.

Este es un momento crítico. Dos de los mejores amigos de Estados Unidos están fuera de quicio y atacándose furiosamente. Tenemos que actuar rápidamente para que ambos recuperen su centro antes de que toda la situación se salga de control.

Traducción de Mirta Rosenberg
 

La Nacion

También te puede interesar

Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario. Aceptar Ver más