Las banderas de los países que competirán en la Copa Mundial de fútbol son una imagen constante en todo Sudáfrica, en una excitante cuenta regresiva final. Comenzaron a llegar seguidores de todas las selecciones y el sonido del Vuvuzela (trompeta) se escucha en todo el territorio.
La comunidad judía de Sudáfrica no se queda afuera de la celebración y organizó una serie de actividades para realizar durante el Mundial, que pueden ser consultadas en el sitio www.Jewish2010.com.
Desde una perspectiva religiosa, Jabad Sudáfrica prestará diversos servicios durante el Mundial, tales como las cenas de Shabat. Habrá centros de bienvenida en las casas Jabad de Johannesburgo, Ciudad del Cabo y Durban. Además de esto, los integrantes de la comunidad ofrecen la hospitalidad de sus casas a los visitantes.
El centro Astra de Ciudad del Cabo será la sede de almuerzos buffet especiales con temáticas de fútbol cerca de los estadios de juego.
Otra alternativa turística que se ofrece es la posibilidad de rastrear raíces familiares con la Comunidad del rabino Moshe Silberhaft o visitar una ciudad en desarrollo con el ex periodista de la CNN y especializado en deportes, Graeme Joffe.
A su vez, la sinagoga Leones esta situada a unos pocos metros del estadio central y ofrece un recorrido por el lugar días antes de los inicios de la liga.
Una mezcla interesante es la del arte y el fútbol que se fusionan en la muestra "El arte Quincena-Fútbol y África", que reúne la experiencia del arte contemporáneo y el tradicional, con obras de artistas de Sudáfrica como William Kentridge, Kgope Thomas y Susan Wolf.
Además, las escuelas judías están organizando reuniones para los antiguos alumnos emigrantes de vuelta en el país para la ocasión. La fundación el Rey David esta organizando fiestas, excursiones, y alojamiento para los ex alumnos.
Por su parte, el Fondo Nacional Judío, en asociación con otras organizaciones, está recaudando fondos para un proyecto de hermanamiento de escuelas para la paz, generado por el Centro Peres y la Asociación Al Quds de Israel y la Autoridad Palestina. El proyecto “un árbol un gol” permite a los locales y visitantes el reemplazo de su “huella de carbono” con la plantación de un árbol.
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