El ex técnico nuclear, que tiene prohibido abandonar Israel, había sido arrestado el pasado diciembre y condenado la pasada semana por el Tribunal Supremo.
A la entrada al tribunal antes de su traslado a la prisión, Vanunu leyó a los periodistas un comunicado en el que criticó a todos aquellos que considera culpables de su ingreso en la cárcel tanto por acción como por omisión, informan medios locales.
"Lo que no habéis recibido en los 18 años que pasé en prisión no lo obtendréis ahora en tres meses. ¿Queréis enseñarme una lección? No puedo aceptar violación alguna de mi libertad de expresión", reza la parte del texto dirigida a los servicios secretos de Israel.
En su texto, Vanunu cita a todos aquellos que deberían sentirse "avergonzados", empezando por Israel y sus servicios de inteligencia por devolverle a prisión tras 24 años en los que sólo ha "dicho la verdad".
"La democracia, la Knesset (Parlamento israelí), las sinagogas, los medios de comunicación mundiales, todos los árabes que permiten mi regreso a la cárcel, el Congreso y Senado de EEUU, el (ex) director del Organismo Internacional de la Energía Atómica Mohamed el Baradei por no salvaguardar mi libertad. Todas las religiones, los estúpidos espías judíos, cristianos y musulmanes", enumera.
Vanunu afirma además que los medios de comunicación israelíes son "todos estúpidos" porque "la mitad son espías y la otra mitad son marionetas de espías".
Asimismo implora a los guardas de la prisión que le protejan para no ser "torturado psicológicamente" por los servicios de inteligencia interior israelí, Shin Bet, como lo fue en el pasado.
"La libertad es una parte básica de los derechos humanos. No soy un animal", dijo antes de gritar "¡Libertad!" mientras era acompañado por policías hacia la corte.
Vanunu había sido inicialmente condenado a seis meses de prisión, pero el Tribunal de Distrito de Jerusalén redujo la pena a la mitad y le ofreció como alternativa a la cárcel la realización de servicios para la comunidad.
El Supremo sugirió que el condenado efectuara los servicios en Jerusalén Oriental, el territorio palestino ocupado donde Vanunu ha residido desde su excarcelación, porque éste temía ser atacado en la parte judía occidental de la ciudad, donde es considerado por muchos como un traidor a su patria.
Finalmente sólo se le ofreció la opción de cumplir los servicios a la comunidad en el oeste de la ciudad, lo que rechazó porque no quería hacerlo en un barrio judío.
La pasada semana, Amnistía Internacional advirtió de que le declararía preso de conciencia si finalmente era encarcelado de nuevo.
Vanunu reveló en 1986 los secretos de Israel acerca de su capacidad atómica y entregó al periódico británico "The Sunday Times" fotografías de la central de Dimona (sur de Israel), donde trabajaba.
Seducido por "Cindy", una agente de los servicios secretos israelíes en el exterior (Mosad), fue apresado en Italia, juzgado en Israel por alta traición y condenado a dieciocho años de cárcel, once de los cuales los pasó confinado en solitario.
Vanunu, presentado como candidato al Premio Nobel en los últimos años, ha advertido al comité noruego que entrega el galardón que no desea obtenerlo porque ya lo hizo "el hombre que estuvo detrás de toda la política atómica israelí", el presidente Simón Peres.
Aunque Israel practica una política de ambigüedad sobre su arsenal nuclear (ni confirma ni desmiente), el mundo da por sentada su existencia y los expertos militares lo cifran entre doscientas o trescientas cabezas nucleares.
Israel adquirió su capacidad nuclear desde la década de 1950 con la ayuda de Francia y Alemania.