Sal Emergui .- Así inicia Alex Fishman, comentarista militar del diario israelí ‘Yediot Ajaronot’, su análisis sobre las consecuencias del anuncio de Irán de enviar parte de su uranio enriquecido a Turquía a cambio de combustible nuclear.
Israel Hayom, el cada vez más pujante diario y próximo al primer ministro, Benjamín Netanyahu, saca hoy un titular que no deja lugar a dudas sobre lo que este último piensa: ‘Israel: ‘No os creáis el truco iraní».
Es la opinión de la mayoría del llamado "Fórum de los Siete". Los principales ministros se han reunido esta mañana en Jerusalén tras ser convocados de forma urgente y extraordinaria para estudiar el acuerdo de Teherán. Netanyahu ha exigido a los suyos "silencio total" y dejar el escenario a Estados Unidos y resto del G-6.
Antes, sin embargo, el ministro de Industria, Beniamin Ben- Eliézer, no pudo contenerse: "Debemos examinar con cautela las medidas de Irán. El tiempo nos dará o no la razón pero ya hemos visto en el pasado cómo el presidente Mahmud Ahmadineyad sabe engatusar a la comunidad internacional".
El silencio impuesto no esconde "la preocupación" que reina en el Gobierno israelí, convencido que el acuerdo de Irán "es una nueva estrategia de evitar las sanciones previstas en junio y ganar tiempo para seguir la carrera hacia las armas nucleares".
"Es otra maniobra Made in Irán. Con este acuerdo, Rusia y China que tienen sustanciosos intereses económicos con Irán serán mucho más reticentes a posibles sanciones", reconocen fuentes israelíes a ELMUNDO.ES.
Los expertos locales coinciden en recordar que Irán también estuvo a punto de aceptar el envío de enriquecimiento de uranio en octubre "pero al final se echó atrás ganado más meses para las centrífugas trabajen en las instalaciones nucleares". Aseguran que incluso si transfiere los 1.200 kg de uranio poco enriquecido, Irán aún tendrá casi una tonelada más en su poder.
"Irán no acepta frenar completamente el enriquecimiento de uranio y según este acuerdo sólo traspasará de forma gradual parte de la cantidad que dispone. Irán quiere tener la bomba atómica. Cada vez que siente que llega el punto sin retorno en lo que respecta a las decisiones del Consejo de Seguridad sale con una ‘nueva iniciativa’ para calmar y satisfacer a la comunidad internacional. Pero cuando llega el momento de firmar, exige nuevas condiciones, se rompen las negociaciones y vuelta a empezar", opina el especialista en temas de Inteligencia, Ronen Bergman.
En Israel, único país con armamento nuclear de la zona (algo que no confirma ni desmiente), no tienen reparos en reconocer que el acuerdo anunciado con Turquía y Brasil es un logro diplomático de Ahmadineyad.
Netanyahu ha reiterado en varias ocasiones que no permitirán que "el régimen fanático de los Ayatolás tenga la bomba atómica". Como cada vez que se debate el programa nuclear iraní, la opción militar israelí sale a la palestra.
Interrogado por los deseos y promesas de Ahmadineyad "de borrar a Israel del mapa", el subjefe del Estado Mayor del Ejército, Benny Gantz, respondió ayer:"Israel no puede resignarse a asumir el papel de víctima. No podemos dejar de defender a nuestros ciudadanos". Ahora mismo, sin embargo, es muy improbable que la Fuerza Aerea israelí ataque las instalaciones nucleares iraníes sin el permiso de Estados Unidos. elmundo.es