Canon Andrew White, vicario de la iglesia anglicana St. George, de Bagdad, asegura que visitó la tumba del profeta Ezequiel, la encontró en condiciones y habló con las autoridades musulmanas de la zona, quienes desmintieron informes de la prensa iraquí que indicaban que
El dato había sido recogido por Sheila Raviv, quien le escribió una carta a White, a quien conocía de cuando éste había estado en Israel, en 2000, expresándole su preocupación.
El vicario le respondió que no creía que los mullahs, las autoridades religiosas shiítas, permitiesen semejante profanación, pero que lo verificaría personalmente.
Así que el vicario viajó tres horas hasta Al-Kifl, un pequeño pueblo al sur de Bagdad, considerado de alta peligrosidad, escoltados por treinta agentes de seguridad, ya que "mi prioridad número 1 en Irak es el mantenimiento de los sitios judíos", expresó quien vela por las necesidades de los ocho miembros de la pequeña comunidad judía local.
Al llegar, comprobó que "todo está intacto, glorioso y hermoso" y se reunió con los mullahs, quienes le aseguraron que querían mantener ese lugar sagrado como estaba, al tiempo que permitirles a cristianos y musulmanes, que también consideran a Ezequiel uno de sus profetas, visitar el sitio.
White destacó que existe una mezquita cerca de la tumba, de modo que no hay necesidad de convertir al sepulcro en un lugar de oración musulmán.
"Los mullahs ven positivamente la preservación del lugar e incluso me pidieron que les dé Biblias judías en hebreo", agregó el vicario.
No obstante, White señaló su preocupación por las condiciones de preservación de muchos otros antiguos sitios judíos en Irak, como las tumbas de los profetas Jonás, Nahum, Ezrah y Daniel, algunos de los cuales están en ruinas, sin que alguien los mantenga.