El 10 de mayo de 1943, unos 50 combatientes judíos, entre ellos el difunto Marek Edelman, el último comandante de la insurrección del gueto de Varsovia, salieron de éste pasando por las alcantarillas. La operación fue conducida por Kazik Ratajzer, ayudado por alcantarilleros polacos.
"Estábamos dispuestos a continuar el combate, pero corríamos el riesgo de morir entre las llamas" en las ruinas del gueto destruido y quemado por los alemanes, recordó en Varsovia este hombre, que hoy tiene 86 años y vive en Israel con el nombre de Symcha Rotem.
A partir de octubre de 1940, los nazis habían encerrado a medio millón de personas en el barrio judío tradicional de Varsovia, que rodearon con un alto muro de ladrillo.
Más de 100.000 hombres, mujeres y niños murieron dentro víctimas del hambre y el agotamiento. Los demás fueron en su gran mayoría enviados a los campos de concentración y exterminio.