El primer ministro, Benjamín Netanyahu, declaró anoche, en la apertura de los eventos por el día de la reunificación de la capital israelí, que “la lucha por Jerusalem es la lucha por la verdad”.
En el prestigioso centro de estudios rabínicos Ieshiva Mercaz Ha-Rav, que fuera blanco de un sangriento atentado años atrás, el jefe de gobierno se refirió a la interacción entre la verdad y la justicia: aseguró que toda distorsión preocupa al pueblo judío y que el tema de Jerusalem es también una alteración de la verdad.
“La verdad es que Jerusalem es un elemento vital para nosotros: tenemos 3.000 años de conexión indisoluble, a la que nunca renunciamos, ni cuando el Templo fue destruido por primera vez, ni cuando fue arrasado en una segunda oportunidad”, precisó Netanyahu.
El primer ministro afirmó que Israel “a nadie está desterrando” de la ciudad y ratificó que el pueblo judío tiene con Jerusalem “una conexión que ningún otra nación posee”, al tiempo que recordó Israel garantiza de un modo sin precedentes las libertades de culto y desplazamiento para todos los creyentes de las diversas confesiones religiosas.
A continuación, Netanyahu recordó que durante los 2.000 años de Diáspora, desde la destrucción del Segundo Templo, “los judíos fueron mayoría en Israel hasta el siglo IX y la perdieron durante 200 años bajo el régimen árabe, pero incluso en ese momento no lo abandonaron”.
El primer ministro también señaló que el deseo del retorno a Jerusalem formó parte de la vida judía en