El ex juez Micha Lindenstrauss entregó al presidente de la Knesset (Parlamento israelí), Reuvén Rivlin, el Informe del Contralor del Estado de 2010, en el cual critica la conducta de la Policía, un desprecio en la atención de los fondos de pensión y una grave crisis en los hospitales. También refleja un panorama preocupante en relación a la violencia en la sociedad israelí.
"El informe es muy significativo y serio en todos los sentidos", dijo el contralor al momento de la entrega.
El texto cuestiona duramente el trato de efectivos policiales a los funcionarios públicos y revela que casi la mitad de los expedientes se cierran por "falta de interés”, contrariando el debido proceso.
El auditor también critica al jefe de la Policía, Dudi Cohen, y al ex ministro de Seguridad Interior, Avi Dichter, por el conflicto de intereses registrado con motivo del ascenso del hermano del comisionado por su vínculo familiar.
Respecto de los fondos de pensión, Lindestrauss denuncia que los gastos de gestión de los aportes jubilatorios son demasiado altos y el Ministerio de Finanzas no hace lo suficiente para garantizar el bien público.
El contralor también advierte que el cambio de divisas de grandes cantidades de dinero podría ser utilizado para el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.
Otro de los temas sensibles del informe tiene que ver con la salud, tanto el hecho que las obras sociales están empujando a sus afiliados hacia la medicina privada como las dificultades que encuentran los enfermos crónicos.
Acerca de los hospitales, Lindenstrauss censura el prolongado tiempo de espera en las salas de emergencia y advierte sobre la falta de médicos.
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