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Por Lic. Eduardo Alberto Chernizki
En estos días, en los corrillos se mencionan los nombres de 4 ó 5 dirigentes como posibles candidatos para ocupar el despacho presidencial del quinto piso de Pasteur 633, sin contar el que será el candidato de la ortodoxia religiosa.
Esto a muchos miembros de la comunidad le llama la atención, en especial a aquellos que hasta hace un par de años no se interesaron activamente por la “interna” de la AMIA, y no podemos dejar de reconocer que para ellos no deja de ser sorprendente que en el interior de la comunidad se produzca una situación similar a la del país.
Pero también están asombrados una cantidad – respetable – de dirigentes de los factores ideológicos que participan regularmente de la “interna” comunitaria. A estos la experiencia los hacía pensar que recién en las semanas previas a los Iamim Noraim (los días que transcurren entre Rosh Hashana -año nuevo judío- y Iom Kipur -día del perdón-) debía comenzarse a conversar al respecto.
A los primeros tenemos que decirles que no deben olvidarse que el medio influye y a los segundos, que la candidatura de Abraham Kaul para la elección de abril de 2008 era mencionada desde casi el mismo momento en que perdió la elección a la presidencia de la DAIA a fines del 2006.
Pero los lectores se preguntarán: ¿Cuál es el motivo de tanta actividad política interna?, y la respuesta no es para nada sencilla, pues en ella confluyen una serie de circunstancias que se amalgaman y dan este resultado. Por razones de espacio sólo mencionaremos tres.
La primera de ellas que nuestra comunidad siempre ha tenido una intensa actividad política interna.
La segunda, que el resultado de la elección del AMIA del 13 de abril de 2008 potenció el debilitamiento que venían sufriendo los factores ideológicos tradicionales a la vez que reforzó a quienes consideraban que en la “interna comunitaria” debían participar listas que representaran a socios de la AMIA que tuvieran un objetivo común. Como ejemplo podemos mencionar a la ortodoxia religiosa y a quienes adhieren a las corrientes religiosas conservadora y reformista. Los primeros buscaban mantener, entre otras cosas, que no sean aceptados como socios de la mutual los convertidos al judaísmo realizados por los rabinos conservadores y reformistas. Los segundos, que la limitación sostenida por la ortodoxia se dejara de lado y que se constituyera un rabinato pluralista.
La tercera, lo ocurrido en la Asamblea Electora, donde la lista que postulaba a candidatos identificados con las corrientes religiosas conservadoras y reformistas aceptaran que representantes de la ortodoxia religiosa sean designados presidente, vicepresidente primero, tesorero, prosecretario primero, protesorero segundo y tuvieran además varias vocalías, con lo que le otorgaban no sólo el gobierno de la institución sino que también la posibilidad de impedir los cambios que postulaban durante la campaña electoral.
Estas situaciones generaron que dirigentes y miembros de los factores ideológicos tradicionales decidieran conformar nuevas opciones, Plural JAI y Sionistas Independientes son hasta ahora el resultado visible.
También que instituciones que no participaban de la “interna” política kehilatí (comunitaria, pero en este caso de la AMIA) consideraran que llegó el momento de hacer valer su peso institucional, nos referimos a las instituciones sociodeportivas, como en su momento lo hicieron las escuelas judías, ya que la gran mayoría de quienes ocuparon los cargos de máxima responsabilidad en la conducción de la AMIA, durante décadas, iniciaron su carrera dirigencial comunitaria en las comisiones de padres, pasando luego a las comisiones directivas de las escuelas.
Pero como estos nuevos agrupamientos necesitan consolidarse, quienes los dirigen deben salir a captar asociados de la AMIA para engrosar sus filas, y de esa manera tener posibilidades reales de obtener un buen resultado en la próxima elección. Para esto es que organizan actividades, difunden newsletters, conversan con dirigentes de los factores ideológicos tradicionales.
Tanto en la actividad que efectuó Plural JAI el pasado 8 de marzo, como la celebración del 80º aniversario de la fundación del Keren Hayesod, por mencionar algunos, fueron lugares en los cuales esas conversaciones tuvieron visibilidad, pero no son las únicas, pues también se efectúan en privado.
Los temas son variados, y sin haber participado nos animamos a asegurar que fueron motivos de muchas de esas conversaciones el aumento de la matriculación en las escuelas judías, de alrededor del 5%; la participación de los principales referentes de la ortodoxia religiosa que gobierna la AMIA en la actividad de Plural JAI; la cantidad de nuevos socios de la AMIA presentados por la ortodoxia religiosa; y también cual es el motivo por el cual el rabino Sergio Bergman desde hace meses que no hace declaraciones sobre el quehacer de la AMIA.
En definitiva lo que esta ocurriendo es que la ortodoxia religiosa quiere seguir siendo, por lo menos, la primera minoría, y está trabajando para lograrlo. Los demás se están reacomodando y buscando adhesiones para lograr vencer a la ortodoxia y que dirigentes no observantes de la Halajá (ley judía) vuelvan a ocupar los cargos de mayor responsabilidad en la AMIA, para lo cual intentan difundir su accionar, y quizás posicionar algún posible candidato a la presidencia.
Mientras lo que ocurra sea esto, no hay que alarmarse, lo peligroso es que algunos intenten utilizar medios para nada democráticos para desprestigiar y denigrar a sus ocasionales contrincantes en la “interna” kehilatí, pues como dijimos más arriba, el medio influye.