Los investigadores determinaron que, entre esa área denominada “espacio de acción”, la posición de objetos se ordena dentro de nuestro cerebro basándose en coordenadas centradas en la mano. Nuestro cerebro procesa estos objetos en relación a las posiciones de nuestras manos. El equipo de investigación descubrió que cuando una persona pierde una o ambas manos, su percepción en el espacio de acción sufre severas distorsiones.
El estudio involucró el pedido a varios pacientes que tenían amputaciones de su mano derecha o izquierda para que miren una cruz dispuesta en el centro de un monitor. Mientras enfocaban su atención en la cruz, aparecían de manera intermitente cuadrados blancos en los lados derecho e izquierdo de la pantalla y los participantes debían indicar qué cuadrado estaba más lejos de la cruz central. Los amputados, tanto derechos como izquierdos, tendían a desestimar la distancia.
Este descubrimiento tiene importantes implicaciones para la rehabilitación. La terapia que enfatiza la acción sobre el lado amputado puede revertir esta distorsión, según los investigadores.