Inicio NOTICIAS INTERPOL/AMIA: Con un fuerte cruce entre Argentina e Irán fracasa en Interpol las gestiones para juzgar a los iraníes en un tercer país

INTERPOL/AMIA: Con un fuerte cruce entre Argentina e Irán fracasa en Interpol las gestiones para juzgar a los iraníes en un tercer país

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La absurda y sorpresiva negativa iraní a entablar cualquier negociación seria tendiente a celebrar un juicio en un tercer país a sus ex funcionarios acusados del ataque terrorista a la Amia, sorprendió a propios y extraños, y dejó atónitos a las autoridades de Interpol, cuyas propuestas expuestas por el Secretario General y su director de asuntos jurídicos fueron rechazadas una a una por la delegación iraní, encabezada por su ex encargado de negocios en Buenos Aires, Mohsen Baharvand, quien llevó la voz cantante durante las más de cuatro horas que duró el encuentro, que culminó con los ánimos caldeados,, fundamentalmente por la parte Argentina y por Interpol.
Quien primero tomó la palabra, en un encuentro que comenzó amenamente y fue subiendo la tensión con el paso del tiempo y la obstinación iraní, fue el Fiscal General Alberto Nisman, quien sostuvo que su país era partidario de realizar el juicio en la República Argentina, de acuerdo al principio de territorialidad de la ley y que descartaba todas y cada una de las objeciones que los iraníes efectuaban a la justicia de dicho país, ya que –sostuvo Nisman- dicha justicia dio acabadas muestras de autodepuración cuando comprobó los delitos cometidos por el ex juez Galeano,, quien fue primero separado de la causa, luego destituido, denunciado y actualmente enjuiciado y procesado por su intervención en el pago ilegal a Carlos Telleldín.
Sin perjuicio de ello, en virtud de la reiterada negativa iraní de entregar a los acusados, y las dificultades que afronta Interpol para efectivizar las detenciones, sostuvo que Argentina estaba dispuesta, bajo ciertas condiciones, a evaluar la alternativa de un tercer país, postura que fue respaldada por el ex embajador en Suiza y en EE.UU, Guillermo González, quien luego dio un matiz político a la presentación.
A su turno, Baharvand sostuvo que era intención de Teherán iniciar un proceso de colaboración, al que nunca identificó, y que consideraban aún prematuro hablar de un juicio –circunstancia que sorprendió a las propias autoridades de Interpol-, y que la cooperación debería realizarse dentro de un marco legal.
De inmediato, Nisman reflotó una a una las negativas que habían brindado los iraníes para no dar respuestas a ninguno de los requerimientos argentinos, y preguntó en que consistía esa cooperación que tardíamente Irán ofrecía. Baharvand daba vueltas sin dar respuestas concretas, cosa que le era exigida de manera indistinta por las autoridades argentinas y de Interpol, hasta que dicho organismo le exigió que se estableciera un cronograma con un lapso relativamente corto de tiempo, para que Irán respondiera los exhortos pendientes y luego se avanzara en un juicio.
A este requerimiento, Baharvand se opuso de manera sistemática, manifestando que era suficiente un compromiso de colaboración de manera general, sin que resultare necesario aclarar en que consistía, y que Argentina también debía colaborar. Que no había que apresurarse y que debían valorar ese gesto iraní, que en realidad no era tal.
Nisman volvió a recapitular todas las trabas que había colocado Irán a la investigación y le exigió a Interpol una actitud más enérgica, haciendo saber a los iraníes que la paciencia tenía un límite, y que flexibilizaran su absurda posición y que no perdieran de vista  que el delito del que se los acusaba había sido declarado imprescriptible, por lo cual no cesaba la pretensión del estado en su persecución.
Nada de esto pareció hacer mella en los iraníes, quienes elaboraban largos discursos dogmáticos, atacaban a Nisman, pero ninguna oferta concreta surgía de ellos.
Quedó claro que, pese a los esfuerzos del Secretariado General de Interpol y a la creatividad argentina en las distintas propuestas, que la delegación iraní no estaba dispuesta a colaborar ni a moverse un ápice de su posición, dejando en claro que no existe voluntad de ver a sus ciudadanos sentados ante ningún tribunal de justicia del lugar que fuere.
Al finalizar el encuentro, Interpol destacó la buena predisposición a la negociación de la delegación argentina y la falta de colaboración de la misión iraní, ante cuyos miembros toda propuesta chocaba como contra una pared.
Previo a finalizar, el Secretario General Ronald Noble, aún sorprendido por la postura iraní, aceptó un nuevo pedido de Nisman, de intensificar por todos los medios la búsqueda de los sospechosos para su captura, ya que, a entender del Fiscal, la situación se estaba volviendo insostenible.
Ya entrada la noche, se comentaba en Interpol que evidentemente, y a juzgar por los resultados, Irán nunca tuvo voluntad negociadora pero se vio obligada a aceptar la propuesta del Secretario General para no aparecer como en definitiva quedó, esto es, un país que no está dispuesto a pagar por los crímenes por los que son acusados sus ex funcionarios.

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