"A diferencia de la fría reacción que he recibido de los representantes de Siria, cuando me acerqué a su puesto, los iraníes salieron a saludarme", aseguró Meseznikov en una entrevista telefónica desde Madrid publicada por el diario The Jerusalem Post.
El ministro israelí apuntó que mientras los sirios le dieron “la espalda, gesto que dejó en claro que no éramos bienvenidos, el gerente de exhibición iraní estrechó mi mano con gusto y me dio un recorrido por el stand de Irán y me habló de los sitios que había en la pantalla”.
“Además me invitó, de manera informal, por supuesto, a visitar Irán para que tenga la oportunidad de ver los sitios arqueológicos y ciudades antiguas de primera mano. Yo le dije que esperaba sinceramente poder cumplir esa invitación al igual que el resto de los ciudadanos de Israel, siempre que la relación entre nuestros países nos lo permita", afirmó Meseznikov.
El ministro aseguró que los iraníes sabían que estaban hablando con los funcionarios israelíes.
"Ellos no buscaron ocultarse o escabullirse, se mantuvieron y nos hablaron amablemente", precisó Meseznikov.
Justamente en ese contacto tuvo la oportunidad de conocer y estrechar la mano del ministro de Turismo de Irán, Hamid Baghaei, cuando los representantes de todos los países participantes tomaron parte en una ceremonia formal y los dos estaban uno junto al otro.
"Me presenté y nos dimos la mano y conversamos un rato", dijo el ministro. "Siempre he dicho que el turismo, que tiende a destacar lo positivo sobre lo negativo y muestra el lado agradable de la región, puede ser un puente para la paz", agregó Meseznikov.
Durante el encuentro, Meseznikov también tuvo la oportunidad de reunirse con su homólogo palestino. Dijo que tuvieron una conversación muy agradable y que había aceptado su invitación a visitarlo en Jerusalem.
"Colaboramos con los palestinos en varios proyectos turísticos conjuntos, así como en la apuesta para que el Mar Muerto sea declarado como la nueva maravilla del mundo", dijo, por último, Meseznikov.
GB
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