La consigna ha sido trasladada por el Ministerio israelí de Asuntos Exteriores a las representaciones diplomáticas del país en el exterior a través de un documento interno.
Fuentes diplomáticas israelíes confirmaron a Efe la existencia del texto, aunque subrayaron que no supone "el lanzamiento de una campaña diplomática", sino que se limita a "proveer información a las embajadas sobre el fondo jurídico del asunto", en el marco del "funcionamiento normal" del Ministerio.
Los servicios de inteligencia militar israelíes creen que el cargamento, interceptado en la noche del pasado martes, incluye más de 300 toneladas de armamento, como unos 3.000 cohetes, pequeñas armas, granadas y proyectiles de mortero.
En un comunicado, el Ejército israelí afirma que la mercancía, que partió de Irán hacia Siria, tenía como destinatario final la milicia libanesa Hizbulá.
Hizbulá, por su parte, negó categóricamente "cualquiera relación con las armas que el enemigo sionista confiscó en un barco", que lleva la bandera de Antigua.
El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Mualem, que se encuentra de visita en Irán, afirmó que el barco se dirigía de Siria a Irán y que no llevaba armas, sino otros bienes.
Según Israel, antes de su captura por fuerzas de elite israelíes que vigilan el contrabando en el Mediterráneo, el armamento comenzó su travesía en el puerto iraní de Bandar Abbas y llegó al puerto de Damietta, en Egipto, donde fue descargado y cargado de nuevo tres días después en el "Francop", un barco operado por una compañía chipriota y con bandera de Antigua.
Cuando el "Francop" fue interceptado, su capitán aceptó sin resistencia la inspección, tras la cual se decidió desviar el carguero al puerto israelí de Ashdod.
El Ejército israelí subraya que el descubrimiento "constituye una seria violación de las resoluciones 1701 y 1747 del Consejo de Seguridad de la ONU, que prohíben estrictamente a Irán exportar o comerciar con cualquier tipo de armas".
La prensa local establece hoy un paralelismo entre el "Francop" y el carguero "Karine A", cuya captura en 2002 fue presentada por Israel como la prueba definitiva de que el entonces líder palestino, Yaser Arafat, recibía armamento iraní.
El caso del "Karine A" marcó el cambio de postura de la Administración de George W. Bush hacia el liderazgo palestino que originó la luz verde de Washington a la operación militar israelí "Escudo Defensivo", en la que murieron medio millar de palestinos, según datos de la ONU.