La comunidad judía argentina calificó como “grave” el escándalo de las escuchas telefónicas que quedó al descubierto tras la denuncia realizada por Sergio Burstein, miembro de la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el vicepresidente de la mutual judía, José Scaliter, afirmó que este es “un tema grave y hay que esperar a ver que decide la Justicia”.
“Es un grave tema policial. La escucha telefónica a cualquiera es atentar contra la privacidad y la libertad individual”, afirmó el dirigente comunitario.
De esta manera, Scaliter, presidente de la agrupación AMIA para todos, se sumó a la preocupación que existe en la dirigencia comunitaria por este caso que afecta a un familiar de las víctimas del ataque a la mutual judía, ocurrido en 1994 con un total de 85 muertos.
El vicepresidente de la DAIA, Angel Schindel, reclamó, en las últimas horas, a la Justicia que “investigue hasta las últimas consecuencias” el caso.
“Nuestra institución considera que esto debe ser investigado por la Justicia hasta las últimas consecuencias”, dijo Schindel en diálogo con esta agencia.
Además afirmó que “en la Argentina de hoy nada sorprende” y no descartó la posibilidad de que las escuchas se extiendan a otros familiares de las víctimas de AMIA o dirigente comunitarios.
“Creo que cualquier persona que tenga actuación pública o que puede trascender puede ser víctima de este sistema. La verdad que no me sorprende absolutamente nada, la capacidad de asombro no existe”, expresó Schindel, quien está en ejercicio de la presidencia de la DAIA debido a que su titular, Aldo Donzis, se encuentra en Jerusalem.
El directivo confirmó que la Comisión de Análisis Político de la DAIA analiza el caso y sigue con atención el desarrollo de la investigación que lleva adelante el juez federal Norberto Oyarbide, tras la denuncia presentada por Burstein por amenazas e intimidación.
Otro que expresó su preocupación por este escándalo de las escuchas es el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, quien en diálogo con AJN afirmó que “es indudable que todos estos incidentes tienen su relación con la causa AMIA y esto aumenta nuestra preocupación”.
El caso de las escuchas quedó al descubierto luego de que Burstein denunció amenazas e intimidación tras recibir un llamado anónimo que le advertía que el ex comisario Jorge ‘Fino’ Palacios le mandó a “pinchar el teléfono".
Más tarde se supo que la medida había sido dispuesta por orden de la justicia de Misiones como parte de una investigación vinculada con una banda de piratas del asfalto y un homicidio.
Además de Burstein, en este escándalo de las escuchas también se vio afectado el empresario Carlos Avila.
En Misiones respondieron que fue James quien recomendó que se dispusieran esas intercepciones. Actuó como intermediario entre la SIDE y el juez, y según reveló la investigación que lleva adelante Oyarbide era quien retiraba las grabaciones y las mandaba a Posadas.
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