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Educación judía en Chile, un desafío constante para preservar los valores y preceptos de la religión

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Hay una sustancial diferencia entre educar contenidos judíos en Israel, el estado judío, donde la mayoría de la población es judía, y educar en países donde la comunidad judía es una minoría. Para el Director General del Instituto Hebreo “Dr. Chaim Weizmann”, Sergio Herskovits, para educar sobre judaísmo fuera de Israel se debe recurrir la creación de una contracultura.
“Una contracultura significa que al ser una minoría, tenemos que crear una cultura diferente de la cultura dominante de la sociedad donde vivimos. En Israel esto es diferente porque es un país que tiene en su mayoría cultura judía y en donde los medios de comunicación son judíos. Esta diferencia demuestra que nuestro trabajo va en contra de la corriente. No es un trabajo complicado pero tenemos que crear una sub cultura dentro de la dominante. Según la corriente de judaísmo a la que adscribas será para aislarte o para integrarte en la comunidad circundante”.
En el Instituto Hebreo “Dr. Chaim Weizmann” de Santiago, Chile, aprenden alrededor de 1300 alumnos y el establecimiento recibe a 700 familias.
La preservación de la identidad judía en los niños que viven fuera de Israel es de gran importancia, dado que al ser una minoría, a veces se pueden perder rasgos o costumbres que caracterizan la historia de pueblo judío.  
Para Herskovits, en pos de preservar la identidad judía, hay tres elementos a los que se recurre desde la escuela. “Hay tres elementos fundamentales para abordar en las escuelas. El primero es el elemento conductual (el modo en que nos conducimos); el segundo es el elemento emocional  y el tercero es el cognitivo, aquello que enseñamos académicamente”.
“El colegio es inclusivo, con lo cual si bien hay una sinagoga, el objeto de ella es ser un instrumento educativo: enseñarle a los niños y a sus familias y ayudarlos a que cada uno elija su modo de ser judío, porque no hay un único modo de serlo”, agregó el Director General.
El Instituto tiene materias de enseñanza judías como hebreo, enseñanza de tora y de historia judía. Además tiene un programa canadiense que se llama Talam, que apunta a la enseñanza de hebreo y judaísmo en las escuelas primarias.
Además del marco judío que proveen las escuelas de la comunidad, en Chile es “muy fuerte” el tema de los movimientos juveniles, destacó Herskovits. “El 90 porciento de los alumnos asisten los fines de semana a los grupos y todos los movimientos son sionistas”, agregó.
Por último y consultado por el impacto de ser minoría en Chile, Herskovits respondió a esta agencia que “Chile tiene la característica de que la comunidad judía está muy integrada a la sociedad. Hay ministros en el gobierno, científicos, escritores, periodistas, deportistas, en la selección hubo hace muchos años un jugador titular que era judío”.
“No obstante, existen algunas cosas para tener en cuenta. Aquí hay una comunidad palestina de 350 mil personas y siempre se han mantenido muy buenas relaciones”.

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