El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó a la coalición de derecha del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a comprometerse a una solución de dos estados, horas antes de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reuniera con su homólogo israelí, Simon Peres.
El encuentro de ambos líderes busca preparar el terreno para la visita de Netanyahu más adelante este mes.
Desde que asumió el poder en marzo, Netanyahu se ha resistido a apoyar públicamente la creación de un estado palestino, una omisión que ha consternado a responsables estadounidenses, árabes y europeos. Sin embargo, Peres dijo que Israel pronto aclarará su posición.
"Israel tiene que trabajar para una solución de dos estados (…) no para la construcción de más asentamientos, sino para desmantelar los puestos existentes de avanzada y permitir a los palestinos moverse libremente", indicó Biden al principal grupo de presión estadounidense a favor de Israel.
Biden hizo sus declaraciones en una conferencia ante el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC, por su sigla en inglés) y fueron más allá de las realizadas por Obama en las conversaciones del mes pasado con el rey Abulá de Jordania, reiterando el apoyo de Washington a un Estado palestino.
Biden también instó a los palestinos a "combatir el terrorismo y la incitación contra Israel" y garantizó a los partidarios de Israel que los esfuerzos del Gobierno de Estados Unidos por relacionarse diplomáticamente con Irán no pondrán en peligro la seguridad del Estado judío.
Peres, ganador premio Nobel de la paz y conocido por tener visiones más abiertas que el conservador Netanyahu, dijo que Israel debería dar una oportunidad a la nueva estrategia de Obama con Irán.
Profundizando su papel para revivir los estancados esfuerzos de paz de Oriente Próximo, Obama sostuvo negociaciones en la Casa Blanca con Peres, quien tiene un puesto principalmente protocolario. Obama recibirá a Netanyahu el 18 de mayo y a su homólogo palestino, Mahmud Abas, más adelante este mes.
Obama ha dejado claro su propio compromiso con la búsqueda de una solución de dos estados, la que ha sido la base durante años de la política estadounidense en Oriente Próximo.