Tras la aprobación de la Ley Básica, Arafat ordenará al primer ministro la formación de un Gobierno para lo que tiene un periodo de tres semanas, ampliables a otras dos.
El retraso de ayer en el nombramiento de Abu Mazen fue considerado «peligroso» por los comentaristas ante la aparente inminencia de una guerra contra Irak, un conflicto que -según sus promotores- servirá también para «estabilizar la situación en Oriente Medio», en especial entre palestinos e israelíes.
La designación de Abu Mazen, de 67 años y que cuenta con el beneplácito de los israelíes, trata también de salvar durante la próxima guerra al propio Arafat, considerado por el primer ministro israelí, Ariel Sharón, como el máximo responsable de los atentados palestinos.
Ministros del Gobierno israelí han pedido reiteradamente a Sharón el destierro de Arafat, una opción que podría quedar conjurada si Abu Mazen toma las riendas de la ANP antes de la contienda internacional.
Uno de sus retos más duros serán las facciones armadas palestinas como el Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS), con gran predicamento en Gaza y que no se pliegan a un alto el fuego.
Abu Mazen fue uno de los principales impulsores de los acuerdos de Oslo de 1993 y acompañó a Arafat a la Casa Blanca para firmar la Declaración de Principios para la paz entre los pueblos palestino e israelí.
Como principal artífice de aquel tratado y por sus extensos contactos con la izquierda israelí se ha ganado la reputación de «moderado» dentro de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
También cuenta con el respeto de los líderes de la OLP y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP, surgida tras los Acuerdos de Oslo) por ser uno de los más antiguos activistas del movimiento nacionalista palestino, como fundador en 1965 de Al Fatah, principal partido de la OLP.
Sin embargo, entre las facciones de la oposición como HAMAS y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y para el palestino de a pie, Abu Mazen no goza del estatus de símbolo del que disfruta Arafat y carece de credibilidad al ser visto como demasiado conciliador con Israel.