Aviones israelíes lanzaron anoche misiles sobre edificios del Gobierno en la Franja de Gaza controlada por el grupo extremista Hamas y provocaron la muerte de al menos diez palestinos, con lo que la cifra de víctimas fatales ya asciende a 360 muertos más los 1700 heridos registrados desde que comenzaron los ataques.
Según los canales de noticias, los blancos de la ofensiva fueron edificios pertenecientes al movimiento Hamas, entre los que figuranla sede del primer ministro, los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores y Economía, la Universidad Islámica (atacada ya el domingo) y un club relacionado con Fatah (partido del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas), según responsables de Hamas y testigos.
El ejército israelí se limitó a confirmar los nuevos ataques "contra objetivos de Hamas", precisando que la operación aún estaba en curso.
El ministerio de Relaciones Exteriores, dirigido por Mahmud Zahar, uno de los más influyentes dirigentes de Hamas, fue completamente destruido, así como las viviendas cercanas a este edificio y a la sede del ministerio de Economía. Varios incendios se declararon tras los bombardeos, informaron las mismas fuentes.
También se atacaron posiciones del brazo armado de Hamas, las Brigadas Ezzedine al Qassam, al oeste de la ciudad de Gaza.
Mientras tanto, el ejército del país hebreo aceleraba las tareas de preparación para lanzar una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza.
Una columna de tanques israelíes se instaló ayer en la frontera con la Franja de Gaza, enclave en el que viven un millón y medio de palestinos y que fue declarada "zona militar cerrada" por el ejército israelí, anunció un portavoz militar. Además, el gabinete de Olmert aprobó un plan para movilizar 6500 reservistas.
El portavoz señaló que las carreteras del sector quedan cerradas a los civiles que no cuenten con salvoconductos militares y que sólo se permitirá la circulación a los habitantes israelíes del área afectada. Este tipo de medida suele ser el preludio del lanzamiento de operaciones terrestres.
Entre tanto, los terroristas de Hamas continuaron lanzando misiles contra el sur de Israel, ataques que hoy mataron a un israelí en la ciudad de Ashquelon, según confirmó el alcalde de la localidad, Benny Vaknin.
Ante ese escenario, Hamas se mantuvo desafiante y el vocero del grupo, Fawzi Barhoum, instó a los palestinos a usar "todos los medios disponibles, incluidas las operaciones de martirio", una referencia a los ataques suicidas en Israel.
Israel, que aumentó sus ataques aéreos durante la madrugada, dijo que lanzó su campaña el viernes pasado en respuesta a los ataques casi diarios de cohetes que se intensificaron después de que concluyó la tregua de seis meses la semana pasada.
En ese sentido, Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, Ehud Olmert, dijo que la acción militar continuará hasta que la población del sur de Israel "no viva más en el terror y el temor de los constantes ataques con proyectiles".
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió el fin de la violencia, pero el Gobierno del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, puso la responsabilidad sobre Hamas para renovar la tregua.
La ofensiva israelí enfureció a los países árabes de Medio Oriente, donde manifestantes quemaron banderas israelíes y estadounidenses para presionar por una respuesta más dura de sus líderes a los ataques en la Franja de Gaza.
Ampliando sus blancos para incluir al gobierno de Hamas, los aviones de guerra israelíes bombardearon ayer el Ministerio del Interior, dijeron fuentes palestinas. En tanto, el jefe de los servicios de emergencias de Gaza, Muauiya Hussanein, informó que la ofensiva militar israelí dejó desde el inicio 1.420 heridos y aseguró que la mayor parte de las víctimas son combatientes de Hamas, aunque también se contabilizan algunos civiles.
Livni dijo que Israel estaba atacando a los milicianos, pero "desafortunadamente, en una guerra, como en cualquier guerra, a veces también los civiles pagan el precio". En tanto, Israel informó que durante los primeros dos días de su ofensiva los milicianos palestinos lanzaron cerca de 150 proyectiles contra el sur de ese país.
Anteayer, un ataque aéreo israelí destruyó un laboratorio de la Universidad Islámica en Gaza, un destacado símbolo cultural. El Ejército israelí justificó la agresión afirmando que el laboratorio habría sido usado por Hamas para desarrollar armas y explosivos.
La postura israelí. La ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, quien espera convertirse en primera ministra después de la elección de febrero, pareció descartar una invasión de gran escala para restaurar el control israelí del territorio, que alguna vez estuvo cubierto de asentamientos judíos.
"Nuestra meta no es reocupar la Franja de Gaza", afirmó en una entrevista con el canal estadounidense NBC, mientras que cuando fue consultada sobre si Israel buscaba derrocar a los líderes de Hamas, Livni respondió: "No ahora".
La Nacion