Por Eduardo Alberto Chernizki –Especial.- La reciente visita de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y la sesión de la Asamblea de Representantes de Socios de la AMIA, fueron motivo de innumerables reuniones entre los máximos dirigentes de AMIA y DAIA por estos días.
En los encuentros se debatieron temas relacionados con el accionar futuro de la comunidad, la postura que se sostendrá ante el oficio de la elevación a juicio oral de la causa por irregularidades en la investigación del atentado a la AMIA, la evaluación de los primeros seis meses de trabajo de la Comisión Directiva de la AMIA y la postura a tomar respecto de la posición de la comunidad judeo argentina en la próxima elección de las autoridades del Congreso Judío Latinoamericano.
También se habló de dos o tres posibles candidatos para la renovación de las autoridades de la DAIA, que deben ser electas en noviembre del 2009, a poco menos de un año del momento en que las instituciones adheridas deberán emitir su voto.
El pasado miércoles, el Presidente de AMIA, Guillermo Borger, dio inicio a la reunión del RAT, que tuvo algunas dificultades para lograr quórum, pese a ser la primera Asamblea de la actual cadencia, ya que el oficialismo y su principal aliado en la Asamblea Electoral. El grupo formado por el Bloque Unido Religioso y "AMIA es de Todos" que suman 55 de los 90 representantes de socios, necesitó sumar a los elegidos por el Frente Unido Comunitario, presidido en su momento por Abraham Kahul, para lograr la cantidad de asambleístas requerida para sesionar.
El informe de la Secretaría y la presentación del presupuesto para 2009 fueron los temas de la orden del día. Sorpresivamente, temas como Educación, Causa AMIA y DAIA, generaron algunas discusiones y tensiones entre los asambleístas.
También resultó llamativo que la polémica sobre el tema de los cementerios de la comunidad y las diferencias que genera entre las distintas corrientes religiosas el derecho que tienen los judíos conversos a utilizarlos, no haya sido ni siquiera nombrado en la reunión.
Para muchos de los dirigentes que tienen la responsabilidad de integrar la Comisión Directiva de la AMIA, y también asambleístas, esta fue la primera Asamblea en la que participan, lo que generó – como es lógico – que se produjeran ciertos intercambios de opiniones entre los asambleistas y algunos de los directivos que acompañaban a Borger, que se relacionaron más con aspectos formales que de fondo. Esto ocurrió especialmente con el prosecretario primero, Tomy Saiegh, cuando se consideró el informe de la Secretaría, pues Julio Schlosser, Secretario de la Mutual, estaba regresando de representar a la Argentina en la reunión de la Task Force que se realizó en Viena. En medio de tensiones quien tomó el control de la situación fue el Tesorero, Beny Zugman, un hombre que ya posee experiencia en este tipo de asambleas debido a que también fue tesorero durante la gestión de Luis Grynwald.
Entre los asambleístas, Luis Grynwald y Raúl Stolarsa – presidente y protesorero de la comisión directiva anterior – participaron activamente en los debates, solicitando aclaraciones y brindando explicaciones de lo actuado durante su mandato, algo para nada común en los últimos años. Algo similar ocurrió con Mario Sobol.
Si bien no se rechazó ninguno de los puntos del Orden del Día, algunas de las preguntas formuladas, en especial respecto al presupuesto 2009, indica que algunos de los representantes de asociados tienen una postura muy clara respecto a la actual conducción.
Cabe destacar que si bien por el momento no se puede calificar de oposición, trasluce que las diferencias que se evidenciaron el 20 de mayo pasado, en la Asamblea Electoral – la que designó a los miembros de la actual comisión directiva – y en los días que la precedieron, siguen vigentes.
Los dos más claros ejemplos se produjeron cuando Mario Miquies planteó que en el presupuesto presentado no se establece una partida respecto al pago de la cuota social a la DAIA por parte de la AMIA y la segunda en el momento que Raúl Stolarza hizo notar que la partida destinada para el apoyo de la educación judía era menor que la asignada para el ejercicio en curso. Ambas las respondió el tesorero, y es significativo que afirmará respecto a la primera que tampoco se incluyó en los ingresos lo que la DAIA debería reintegrar por las expensas del espacio que ocupa en el edificio y sobre la segunda que el monto presupuestado para el 2009 se ajusta a la realidad de lo ejecutado en el 2008, debido a que se redujo el apoyo que para ese rubro brindaba la Agencia Judía, que fue muy significativo hasta el presente.
El Dr. Sergio Borisonik pidió información sobre la actitud que adoptaría la dirigencia de la Mutual ante las cédulas judiciales recibidas recientemente, lo que motivó el compromiso por parte del presidente Borger de llevar a cabo una reunión a título de consulta con los diversos actores que tienen conocimiento histórico de la causa. También comunicó el titular de AMIA que se iba a pedir una prórroga para responderla.
Cabe destacar en otro sentido que se han producido algunos cambios significativos vinculados con el accionar comunitario que fueron motivo de múltiples reuniones.
En primer lugar que representantes de socios del Bloque Unido Religioso no asistieran a la Asamblea del 17 de diciembre podría interpretarse de dos maneras, una que a muchos de ellos la actividad de la AMIA le resulta ajena y ocupan esos cargos como consecuencia de acuerdos preelectorales y la segunda que esos sectores ortodoxos que realizaron acuerdos electorales con el Bloque Unido Religioso no concuerdan con la forma en que se esta dirigiendo la institución.
Por su parte la ausencia de representantes de socios de “AMIA es de Todos” es consecuencia de la situación interna de esa lista electoral que se conformó semanas antes del último acto electoral de la AMIA.
La agrupación fundada por el Rabino Sergio Bergman, "AMIA es de todos" fue el resultado de la unión de las instituciones integradas en la Fundación Judaica con dirigentes de instituciones religiosas conservadoras adheridas a FEDEC (Benei Tikva, Lamrot Ha Kol, etc.) junto a otros provenientes de instituciones socio deportivas.
La decisión de los referentes de “Amia es de todos”, la lista identificada con la visión conservadora y religiosa de la religión judía, de apoyar que un dirigente del Bloque Unido Religioso fuera el presidente de la AMIA no fue del agrado de muchos de quienes se nuclearon en el partido “Amia…” justamente para impedir que la ortodoxia religiosa gobernara la Kehila de Buenos Aires.
Luego de seis meses esas disidencias hicieron eclosión, y los dirigentes instituciones religiosas conservadoras que no integran la Fundación Judaica decidieron abandonar "Amia es de todos".
El primer “portazo” lo dio Miguel Toimaher, allá por el mes de julio, y luego, con el paso de los meses, se sumaron Lamrot Ha Kol, Bnei Tikvá y la comunidad Pardes. Algunas fuentes consultadas estiman que la ola de renuncias tendría que ver con el desgaste que produjo que, en 180 días de alianza con la ortodoxia, no se hayan producido cambios en relación al tema de los cementerios y el rabinato compartido.
Asimismo, la renuncia del rabino Abraham Skorka al rectorado del Seminario Rabínico Latinoamericano, también fue una sorpresa para la comunidad.
Por su parte, la reciente renuncia de Edgardo Band a la presidencia de FEDEC (federación de sinagogas conservadoras) quizás haya influido en cierta medida en la decisión tomada por las instituciones que adhirieron a "Amia es de todos", pues Band lideró el sector de las instituciones religiosas conservadoras que integró el Frente Unido Comunitario que presidió Abraham Kaul e integraba Avodá.
Por otra parte la sorpresiva decisión de Gregorio Spivak de renunciar a su cargo como vocal de la Comisión Directiva de la AMIA, pegando un literal "portazo", y que en estricto "off the record" fue confirmada, también debilita la estructura del espacio renovador. Gregorio Spivak fue uno de los que impulsaron la creación de esa lista, luego de haber estado al frente del Departamento de Acción Social de la AMIA durante la presidencia de Luis Grynwald, y que al ser designado para integrar la actual Comisión Directiva no fue confirmado como secretario de Acción Social, cargo que se reservó para sí el presidente de la AMIA, Guillermo Borger.
Si a estas situaciones le sumamos las lógicas disidencias que se observaron en el desarrollo de la Asamblea de la AMIA y los cuestionamientos que surgieron a partir del momento en que la Presidencia de la Nación anunció que visitaría la AMIA y almorzaría con sus directivos, se hace evidente que la tarea de Guillermo Borger no es para nada fácil, pues a los problemas concretos de conducir la institución en una época de crisis económica global se le agregan los que surgen de la interna, que si bien por 6 meses parecieron no existir, evidentemente resurgen con fuerza y es él, como presidente de la AMIA, junto a su íntimo equipo de colaboradores, quien debe tomar las decisiones que permitan a la institución sobrellevar la crisis económica aumentando la prestación de los servicios que brinda, pues los requerimientos serán mayores.
La dirigencia de la mutual además, buscará no verse involucrada en la interna comunitaria, que no disminuirá ya que la elección de las nuevas autoridades de la DAIA, en noviembre del 2009, la acrecentarán.
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