Janucá o también llamada la Fiesta de las Luminarias es una festividad que celebra el triunfo de los judíos sobre los griegos, quienes los perseguían por su religión hacia el año 164 antes de la era cristiana, y el milagro del aceite que hizo mantener prendido el candelabro del Gran Templo de Jerusalem por ocho días.
Según explicó el rabino de Jabad Lubavitch Argentina, Tzvi Grunblatt, a la Agencia Judía de Noticias (AJN) el mensaje de Janucá es que "pocos pueden contra muchos cuando se trata de la convicción en lo que es la fe judía y la espiritualidad, porque la fuerza de ellos era la fuerza del espíritu".
Esta festividad es celebrada por la comunidad judía de todo el mundo del 25 de Kislev al 3 de Tevet, este año corresponde desde la noche del 21 al 29 de diciembre.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, se explica que Janucá no se celebra sólo por una "victoria física de la pequeña nación judía sobre la gran Grecia", sino también por un triunfo "espiritual, de la fe judía contra el helenismo de los griegos", quienes habían usurpado el Beit Hamikdash, el Gran Templo de Jerusalem.
Janucá también se recuerda por el milagro del frasco de aceite, cuando una porción del aceite de oliva sacramental que sólo alcanzaba para mantener el candelabro del templo encendido por un día, duró ocho.
"Para nosotros, como judíos, aunque somos una minoría en las naciones del mundo, sin embargo mantenemos firme nuestra fidelidad, nuestras creencias y nuestro legado y seguimos iluminando, más allá de la inmensidad del espacio alrededor", señaló Grunblatt. De esta manera, Janucá se celebra en Israel, así como también en la Diáspora, durante ocho días y cada noche, se enciende una vela más (una la primera noche, dos la segunda y así sigue) del tradicional candelabro.
En esta festividad, se acostumbra a dar regalos o jugar con el dreidel, un trompo de cuatro caras con letras hebreas en cada lado, que son las iniciales de "Un gran milagro ha ocurrido aquí".
JR-GB
Janucá, que comienza el 25 de kislev (generalmente diciembre), conmemora el triunfo de los judíos, dirigidos par los Macabeos, sobre los gobernantes griegos (164 A.E.C.): la victoria física de la pequeña nación judía contra la poderosa Grecia y la victoria espiri- tual de la fe judía frente al helenismo de los griegos. Su santidad
deriva de este aspecto espiritual de la victoria, y el milagro de la jarra de aceite, en el que una porción de aceite de oliva sacramental que debía mantener encendido el candelabro del Templo durante sólo un día alcanzó para ocho, cuando el templo fue nuevamente consagrado.
Janucá
se observa en Israel, al igual que en la diáspora, durante ocho días. El rasgo central de esta fiesta es el encendido de velas cada noche – una la primera, dos la segunda, y así sucesivamente – en conmemoración del milagro del templo. El mensaje de Janucá en Israel se centra especialmente en los aspectos de la soberanía restaurada; costumbres ampliamente practicadas en la diáspora, como el otorgamiento de regalos y el dreidl (pirinola), también se celebran en Israel. Los lados de la pirinola están marcados con iniciales hebreas que representan el mensaje "un gran milagro ocurrió aquí"; en la diáspora, las iniciales se modifican por "un gran milagro ocurrió allí». Las escuelas no funcionan durante esta semana, pero los lugares de trabajo sí.