"Estoy harta de extorsiones", llegó a decir Tzipi Livni, cuando se cumple un poco más de un mes desde que Simón Peres, como jefe de Estado, le encomendara formar un nuevo Ejecutivo tras la dimisión de Olmert.
"Cuando es claro que todos y cada partido explota la ocasión para hacer reclamos que son económica y diplomáticamente ilegímitimos, decido suspender las conversaciones e ir a elecciones", dijo este domingo en un comunicado.
Según la constitución israelí, al jefe del Estado todavía le queda la opción de pedir a otros parlamentarios la formación de un gobierno.
Pero lo que el corresponsal de la BBC, Tim Franks, llama una "febril y cambiante atmósfera política israelí", no augura posibilidades de éxito a ningún partido político, por lo que la única salida sería disolver la Knesset y celebrar elecciones en un plazo de 90 días.