Son más de 600.000 los judíos que viven especialmente en West Palm Beach, Boca Ratón, Delray Beach y otras ciudades del sur de la península, según el último estudio demográfico de la región realizado en 2005 por la Federación de Comunidades Judías del condado sur de Palm Beach.
Tradicionalmente inclinados a nivel nacional hacia los demócratas, los judíos de Florida tienen sin embargo fuertes vínculos con el republicano John McCain y no han mostrado hacia Barack Obama el mismo nivel de apoyo que le daban a Hillary Clinton.
"Obama es honesto y necesitamos en este momento que gane para que la economía vuelva a recuperarse", opinó Betty Shapiro, una residente de Boca Ratón decidida a dar su voto a los demócratas.
En cambio, Hilda Weiner, miembro de la comunidad judía de la misma ciudad, no sabe a quién votará. "No me gusta ninguno de los dos. Me preocupa la economía y la seguridad, pero más que nada el desempleo", dijo mientras se preparaba para dos días de fiestas del Rosh Hashaná, el año nuevo judío.
Una encuesta que midió la intención de voto de los judíos en todo el país, realizada en mayo por Gallup, reflejó que un 61% respaldaba a Obama y un 32% a McCain, pero en un sondeo previo Hillary Clinton, que todavía era candidata en las primarias, recibía un apoyo del 66%.
El respaldo a Obama resultó de 13 puntos menos que el que reunió John Kerry en 2004. En tanto, McCain obtuvo unos 7 puntos más que lo que logró Bush en aquel comicio.
"En estas elecciones un gran número de judíos votarán a los republicanos, como nunca antes, porque la comunidad judía tiene una larga relación con McCain", dijo Adam Hasner, líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de Florida y de una asociación de judíos que apoyan a McCain.
"Tiene antecedentes impecables respecto a Israel, que están muy por encima de la retórica de Obama", consideró.
Aunque el peso numérico del electorado judío es limitado, ya que no supera el 4% a nivel nacional, su influencia puede resultar decisiva en los llamados ‘swing states’: los Estados capaces de mover la balanza en una elección reñida, como ocurrió por ejemplo en Florida en las elecciones de 2000.
En el condado de Palm Beach, sobre la costa atlántica de Florida, viven unos 300.000 judíos, según un sondeo de 2007, la mayoría jubilados de alto poder adquisitivo y provenientes de Estados del noreste.
Los analistas admiten que se produjo cierta retracción de muchos judíos frente a la candidatura presidencial de Obama.
A la hora de explicar por qué a Obama le cuesta ganarse toda la confianza de los judíos expresan que las relaciones entre estos con la comunidad negra no siempre fueron simples.
Y que una ola de rumores sobre la fantasía de que el candidato -públicamente protestante- es en realidad un cripto-musulmán que prestará juramento sobre el Corán y no con la Biblia, pudo haber influido.
El senador de Florida, David Aronberd, demócrata, dijo que "los judíos no deben escuchar los ridículos ataques de la campaña de McCain insinuando que Obama es musulmán. Sabemos que es cristiano, y si tiene parientes musulmanes, nosotros no votamos a ellos, lo votamos a él".
El líder demócrata en la Cámara Baja de Florida, Dan Gelber, afirma que como judío quedó muy bien "impresionado" por Barack Obama. "Tiene un gran sentido de justicia social y está claro no sólo que apoya a Israel, sino también que entiende a Israel", dijo.
"Obama es inteligente, está preparado y va a manejar tanto la economía como la seguridad nacional mejor que McCain", afirmó.
"No debemos olvidarnos de su relación con el reverendo Wright", destacó mientras salía de la sinagoga de Delray Beach el ex piloto de la Fuerza Aerea estadounidense Shia Lome, al subrayar su discrepancia con el candidato demócrata.
"Yo nací en un hogar demócrata como muchos judíos, pero cambié. La gente que vota por Obama no lo hace porque le gusten sus ideas sino porque odian a Bush", opinó Lome.