La nueva jefa del partido mayoritario Kadima y ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, inició este jueves la segunda etapa de su carrera por el poder y anunció su intención de formar gobierno ‘lo antes posible’.
Se trata, sin embargo, de una tarea difícl por la escasa victoria que obtuvo frente a su rival el ministro de transportes, Shaul Mofaz, en las elecciones internas del Kadima (centro) y por las fuertes reticencias que suscita entre los integrantes de la actual coalición en el poder.
Cuando renuncie el primer ministro Ehud Olmert, Livni tendrá un plazo de 42 días para formar una nueva mayoría. En caso contrario, se podrían convocar elecciones anticipadas en 90 días.
La nueva líder del Kadima puede contar con su popularidad y su reputación de mujer exitosa basada en una meteórica ascensión política. También tiene la virtud de no estar implicada en ninguno de los escándalos de corrupción que obligaron al jefe del gobierno, Ehud Olmert, a anunciar su próxima renuncia.
‘Si Tzipi Livni ganó es fundamentalmente porque la opinión pública aspira a otro tipo de dirigente’, afirmó este jueves el diario Yediot Aharonot.
‘A partir de mañana comenzaré a reunirme con los representantes de las otras organizaciones en la Knesset (parlamento unicameral) para formar lo antes posible una nueva coalición estable ante los graves desafíos’ que enfrenta Israel, declaró el miércoles Livni a los periodistas.
Entre estos desafíos se encuentran ‘las amenazas exteriores’ a la seguridad de Israel, la necesidad ‘de explotar las posibilidades’ de lograr progresos en el proceso de paz con los palestinos y las ‘incertidumbres económicas’ provocadas por la crisis económica mundial.
El Hamas (acrónimo en árabe del Movimiento de Resistencia Islámica) consideró este jueves que una llegada de Livni al poder significaría ‘la continuación de la misma política de represión y de agresión contra el pueblo palestino ejercida por los dirigentes sionistas que la precedieron’.
Por su parte, la Autoridad Palestina, a través del negociador Saeb Erakat, manifestó el miércoles la esperanza de que se abran negociaciones de paz ‘serias’.
Livni pidió ‘unión’ en el Kadima, después de la batalla interna por el poder. Su rival, Shaul Mofaz, así como Olmert, la llamaron por teléfono para felicitarla.
La canciller, considerada como una pragmática aunque sin llegar a ser una ‘paloma’, ganó por sólo 431 votos de diferencia, con un 43,1% de los votos expresados, contra el 42% para Shaul Mofaz, que tiene fama de ser un ‘halcón’.
Eli Yishai, viceprimer ministro y jefe del partido ultraortodoxo Shass, del cual depende la futura coalición, ya planteó condiciones para que su partido participe en un gobierno dirigido por Livni.
Yishai exigió que dicho gobierno ‘descarte toda negociación sobre el futuro de Jerusalén’. El futuro estatuto del sector oriental de la ciudad, anexado por Israel después de su conquista en 1967, constituye uno de los principales obstáculos en las conversaciones con los palestinos.
El éxito de Livni no le garantiza el puesto de primer ministro en lugar de Olmert, quien anunció su intención de dimitir después de la elección de su sucesor en la dirección del partido creado en 2005 por Ariel Sharon.
Olmert, sospechoso en varios casos de corrupción, podría anunciar el próximo domingo su renuncia. Después de que su dimisión sea efectiva, Olmert permanecerá en la jefatura de un gobierno de transición, hasta que se forme un nuevo gabinete.