SAL EMERGUI.-Si, por el contrario, sale vencedor el titular de Transportes, Shaul Mofaz, nacido en Irán, se convertirá en el primer jefe de Gobierno que no es de origen ashkenazí (judíos del centro y este de Europa) en los 60 años del Estado de Israel. Salvando las abismales diferencias, Mofaz es Barack Obama como Livni es Hillary Clinton.
De de las 114 urnas, estarán muy pendientes el presidente palestino, Abu Mazen, (teme una parálisis del proceso de paz) y el aún líder de Kadima y primer ministro Ehud Olmert (hará las maletas si el ganador forma coalición). La oposición exige "elecciones generales ya que Kadima es un fracaso" y el diputado del Likud, Yuval Steinitz, es rotundo: "Son dos ceros. A Livni le falta valentía y Mofaz, cerebro".
40 sondeos otorgan la victoria a la princesa Livni, lo que no evita que el oficial Mofaz se atreva a pronosticar: "Venceré con el 43.7% de los votos". Nada se descarta ni tampoco una segunda vuelta.
Ambos pretenden el cargo que Olmert asumió accidentalmente (por el derrame cerebral del fundador de Kadima, Ariel Sharon) y después en las elecciones Tras más de dos años e investigaciones de corrupción, Olmert se ve obligado a dejarlo aunque asegure que si le dan unas semanas más, conseguirá un acuerdo de paz con los palestinos. O quizas reciba antes un encausamiento por varios delitos, tal y como recomienda la Policía.
Livni, adalid de la rectitud y limpieza ética, es la respuesta a los métodos de Olmert. "Por un futuro mejor y sin corrupción" de Livni contra "responsabilidad nacional y un proceso de paz desde la fortaleza" de Mofaz. Un dato: por primera vez, 18.000 afiliados de un partido pueden ser suficientes para elegir un primer ministro de un pais de más de siete millones.
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