En Damasco reside uno de los líderes islamistas palestinos y El Asad puede ejercer su influencia. De momento, poco más se puede esperar. Las negociaciones entre Hamás e Israel para el canje de Shalit por prisioneros palestinos se han estancado.
Las conversaciones, con mediación egipcia, se eternizan desde hace más de un año. Los integristas exigen la liberación de un millar de prisioneros, decenas de ellos cerebros de atentados que costaron la vida a cientos de israelíes, reos con condenas a cadena perpetua o que llevan más 20 años en prisión. El hecho de que Israel accediera a las exigencias de Hezbolá -liberar al libanés Samir Kuntar, sentenciado a cuatro cadenas perpetuas por asesinatos perpetrados en Israel en 1979, y a cuatro milicianos de la milicia chií- a cambio de los cadáveres de dos soldados israelíes el 16 de julio alienta a Hamás: prometen no ceder en sus demandas.
fte, elpais