El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, quien busca apoyo que lo ayude a eludir la presión en una disputa sobre temas nucleares con Occidente, visitó Bolivia el año pasado. En ese viaje, Ahmadinejad se comprometió a otorgar 1.000 millones de dólares en asistencia a la nación suramericana, reseñó Reuters.
Irán, enemigo declarado de Estados Unidos, está inmerso en una pelea por su programa de energía nuclear, que Washington sospecha que apunta a desarrollar una bomba atómica, pese a las negativas de Teherán al respecto. El Consejo de Naciones Unidas de la ONU ha impuesto sanciones a Irán por este asunto.
Bolivia, que tiene estrechos lazos con el gobierno del venezolano Hugo Chávez, es uno de los varios estados suramericanos que ha reforzado sus lazos con Teherán, causando alguna preocupación en Washington.
Morales se reunió en el aeropuerto con el ministro de Industria de Irán, Ali Akbar Mehrabian, y luego será recibido de forma oficial por Ahmadinejad en una ceremonia oficial.
El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, dijo que Morales "buscará inversión iraní en los sectores industrial y de producción de Bolivia", según reportó la televisión estatal local.
El gobierno izquierdista de Bolivia dijo en agosto que crearía una planta productora estatal de cemento con ayuda financiera de Irán y Venezuela.
Morales llegó a Teherán desde Libia, donde una fuente boliviana dijo que el mandatario esperaba buscar inversiones en la industria hidrocarburífera boliviana. Pese a las enormes reservas con las que cuenta, Bolivia tiene problemas para cumplir los compromisos de bombeo de gas a Argentina y Brasil.
Irán es el cuarto mayor productor mundial de petróleo y tiene la segunda mayor reserva gasífera del mundo. La nación asiática también ha tenido problemas para exportar gas, en gran parte debido a las sanciones estadounidenses que dificultan su acceso a algunas tecnologías vitales.