En el Beit Hakneset (sinagoga) de la comunidad Talpiot, se efectuó una Hascará (oficio religioso de recordación) al cumplirse el 14º aniversario del atentado a la AMIA de acuerdo al calendario hebreo, el día 10 de av.
Asistieron las máximas autoridades comunitarias, encabezadas por el presidente de AMIA, Guillermo Borger; los vicepresidentes de DAIA, David Michan y Julio Schlosser (Aldo Donzis, su titular, se encuentra en el exterior del país) y de la Organización Sionista Argentina (OSA), Silvio Rossjanski; acompañados por miembros de sus respectivas comisiones directivas. También estuvieron presentes familiares de las víctimas y miembros de la comunidad.
El acto fue conducido por Gustavo Azar, director de la escuela Talpiot y se inició con el encendido de 85 velas de recordación, una por cada víctima fatal del atentado, a cargo de alumnos de la escuela y miembros del movimiento juvenil Benei Akiva.
A continuación hizo uso de la palabra Guillermo Borger, sumamente emocionado, por estar representando a la AMIA en la institución que presidió durante varios años, en la cual estudiaron sus hijos y cuyo Beit Hakneset lleva el nombre de su fallecido suegro, David Klimovsky.
Afirmó que "nuevamente dejamos caer nuestras lágrimas" y que, debido a que ya mucho se dijo y no hay más palabras para agregar, "espero que este sea el último acto en el que tengamos que verter lágrimas”.
Agregó que "esperamos justicia para que estas personas (las 85 víctimas) descansen en paz".
Miguel Angel Zechin, Secretario General de la DAIA, destacó que "el grave hecho ocurrido el 18 de julio de 1994, fue el acto antisemita más grande luego de finalizada la Shoá. En 1992, el 17 de marzo se produjo el atentado a la Embajada de Israel y casí dos años y medio después se produjo la voladura del edificio de la AMIA, centro vital de la comunidad judía de la Argentina”.
“En un principio se consideró que eran actos exclusivamente dirigidos contra blancos judíos y así se minimizo y se relativizo la importancia de estos actos terroristas. Tuvo que devenir el 11 de septiembre de 2001, el atentado a las Torres Gemelas, posteriormente los ocurridos en Madrid y en Londres y el mundo reconoció que se trataba de una situación orquestada y globalizada. Es decir, que todo el mundo era blanco del terrorismo internacional”, continuó.
Dijo después que “esto me lleva a dos reflexiones: la primera que los judíos tenemos que estar más unidos que nunca, como ocurre en las relaciones AMIA–DAIA en el manejo de la causa, las reclamaciones ante las autoridades nacionales que realizamos en forma conjunta. La segunda es evitar caer en la macabra trampa del intento de convertir a las víctimas en victimarios, esto se ve en forma habitual y constante, por eso hay que luchar contra ello y tener en claro cuales son los objetivos a lograr: el esclarecimiento de los hechos, la condena de los culpables:, de los terroristas internacionales y de la conexión local”.
Posteriormente el representante de la Agencia Judía, Aarón Kunik, afirmó que "me duele hablar por que hablo no solamente como judío sino que hablo como israelí y como israelí me duele más. El año pasado, en este mismo lugar dije que los 85 tienen que ser voces que reclaman, porque que el número 85 en guematria corresponde a las letras que forman la palabra "pe", la boca, y ellos tienen que reclamar. Para este año pensé que los reclamos iban a ser escuchados, pensé que ya no vamos a pedir más conocer la verdad, porque conoceríamos la verdad, sino que vamos a pedir que se realice justicia. Justicia, no para aquellos que dijeron ‘murieron judíos y algunos inocentes’ sino que murieron 85 inocentes, de los cuales las víctimas primeras fueron los judíos porque a nosotros nos persiguieron, y nos siguen persiguiendo y sabemos quienes son”.
Añadió que “y seguimos reclamando justicia y lo que duele es que solamente nosotros somos los que reclamamos justicia, , por que los que tienen que reclamar, los que tienen que exigir, los que tienen que realizar se quedan parados", luego de lo cual dio lectura al Salmo 85 y explicó sus versículos relacionándolos con la conmemoración y demostrando que de ellos se desprende que si no hay justicia no hay paz, y también que la verdad brotara de la tierra y la justicia del cielo.
Finalmente el Gran Rabino Shlomo Benhamú se dirigió a los presentes relacionando el oficio de recordación que se estaba realizando con textos tradicionales judaicos del TaNaJ (la Biblia hebrea), del Talmud, del Midrash y de Maimonides, para luego centrarse en que el odio e intento de destrucción que sufre el pueblo judío no tiene explicación, pero que existe a lo largo de toda la historia, y que actualmente está representado por el presidente de Irán, para lo cual el Am Israel (el pueblo judío) debe estar preparado para enfrentar ese odio inexplicable. Al finalizar sus palabras el Gran Rabino Benhamú recitó las oraciones Kelmale Rajamin y el Kadish, que la Ley Judía establece manera de honrar a los fallecido en el día de su Yortzait (aniversario de fallecimiento).
EACH-HJP.
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