Los editoriales de la prensa israelí sobre la repentina renuncia del primer ministro Ehud Olmert a participar en las elecciones primarias del partido oficial Kadima coincidieron en que la decisión es consecuencia del desgate que afronta el premier a raíz del escándalo de corrupción y pronosticaron un clima político “agitado” para los próximos meses de la vida política en Israel.
Amnon Meranda, de Ynet, señaló que aunque “Olmert se comprometió a una transición de poder sin costuras a las manos del sucesor de Kadima”, el proceso “podría ser más agitado que lo prometido”.
Además, el periodista expresó que “cuando el Primer Ministro se dé cuenta de la promesa que realizó de renunciar cuando su sucesor sea elegido, una bola de nieve político – legislativa se comenzará a formar, pero a dónde llegará es difícil de prever”.
“¿Puede alguien de Kadima formar un nuevo gobierno o Israel se dirige a elecciones generales?”, preguntó a los lectores de Ynet.
Además, la editorial del medio explicó que la responsabilidad del próximo paso está en manos del presidente Shimon Peres, quien luego de consultar a representantes de distintas facciones políticas del Parlamento, se le pedirá a que encomiende a un legislador que establezca un nuevo gobierno.
Según el editorial de Ynet, “la mayoría de las posibilidades son que sea el presidente electo de Kadima” y no el ministro de Defensa, Ehud Barak, quien también es presidente del partido Laborista (integra la coalición oficial) pero no puede ser llamado a formar un gobierno porque no es miembro del Parlamento.
Por su parte, el medio israelí Jerusalem Post tituló si editorial “Olmert, un final digno” y lo comenzó con la sentencia al anuncio del Primer Ministro: “Al final fue un reconocimiento digno de una realidad insostenible”.
El medio expresó que la salida de Olmert “ha ahorrado a Israel la ignominia vergonzosa y potencial de tener un Primer Ministro acusado mientras ejerce su cargo”, en referencia a la investigación por presunta corrupción durante su gestión como alcalde de Jerusalem.
La editorial describió la declaración de Olmert como “breve y triste” y aludió a la parte del discurso en que detallaba los logros de su gobierno como “orgullosa”.
“Hoy, Olmert enfrentó una cierta derrota y una profunda humillación”, expresó Jerusalem Post, “su anuncio sirve para subrayar cuán alto se llega cuando un Primer Ministro activo en su cargo es investigado por presuntas ofensas criminales”.
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