El Tribunal Oral Federal de Córdoba condenó a prisión perpetua en una cárcel común al represor Luciano Benjamín Menéndez, ex titular del Tercer Cuerpo del Ejército, y responsable de torturar y matar a cuatro militantes en 1977.
Ante este fallo, el rabino Daniel Goldman, identificado con la lucha por los Derechos Humanos, expresó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que “el fallo al represor Menéndez resulta de una ejemplaridad digna de aquella que debe ser aplicada también a los oficiales nazis” y que “la justicia, aunque a veces es lenta, al final llega”.
El rabino de la Comunidad Bet-El agregó que ante los 81 años del ex militar, nadie “debe dejarse doblegar por el compadecimiento de la edad del represor”, ya que “a personajes siniestros como Menéndez, que son la versión criolla del nazismo, se les debe aplicar esta cadena perpetua ya que el concepto de lo perpetuo tiene un peso mucho más impactante que una pena de muerte”.
Según el rabino, mientras la pena de muerte es “presente e instantánea y puede diluirse en el olvido”, la cadena perpetua “es una condición vinculada simbólicamente a una ‘pena de vida’” y a la memoria.
“Imagino que dentro de cien años, cuando las nuevas generaciones pasen por las proximidades del lugar de detención, puedan tomar el ejemplo de saber concretamente lo que no se debe hacer con la humanidad y señalar ‘ahí está detenido todavía el que hace cien años atrás vejó, torturó y asesinó a toda una generación’”, reflexionó Goldman.
El rabino rescató que la tradición judía enseña que “la memoria es el instrumento que ayuda a impregnar de significado nuestro presente vinculándolo con un pasado y un devenir” y que la justicia “es el camino para recuperar la supremacía de una humanidad perdida en la oscuridad de la historia”.
JR-GB
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