Por Juan Pablo Morales
De la Redacción de LA NACION
Una semana antes de renunciar, Alberto Fernández le hizo un último favor político a Luis D´Elía. El 18 de julio, el jefe de Gabinete firmó la designación de dos hombres del círculo íntimo del piquetero como líderes de la Comisión de Tierra Social, el área que había armado especialmente para reacomodar el poder de D Elía en el Gobierno.
Los funcionarios designados son las personas más cercanas al piquetero: Rubén Pascolini y Claudio Palermo. El primero es el presidente de la Comisión; el otro, el secretario ejecutivo. Ambos manejarán un presupuesto cercano a los 14 millones de pesos.
Fernández dejó lista la estructura en favor de D´Elía seis días antes de renunciar, en medio de la controversia con el pelotón de peronistas que piden desactivar la estructura piquetera en el Estado. El mismo pelotón que hoy integra Sergio Massa, el nuevo jefe de Gabinete. Y que, desde anteayer, es el jefe directo de los hombres de D´Elía.
"Dentro de unos días lo voy a llamar [a Massa]. Ahora debe de estar bastante atareado como para ocuparse de mí", le adelantó D´Elía ayer a LA NACION. Un hombre que lo conoce bien asegura que "está preocupado". Después de su controvertida participación en el conflicto agropecuario y su enfrentamiento con el PJ, teme terminar aislado políticamente y eyectado de las mieles del poder que solía frecuentar.
A fines de 2007, D´Elía se acercó a Alberto Fernández. El acuerdo se tradujo en hechos en marzo, cuando el jefe de Gabinete -con la venia de los Kirchner- puso bajo su ala el área de regularización de tierras fiscales, creada en 2006 a la medida de D´Elía, y que él lideró hasta noviembre de ese año, cuando lo echaron por respaldar a Irán por el caso AMIA.
Desde entonces, el piquetero buscaba el lugar ideal donde recomponerse políticamente. Fernández se lo dio.
Poco después sobrevino el conflicto con el campo. D´Elía puso su gente en la calle para respaldar al Gobierno. Desalojó caceroleros de la Plaza de Mayo y amplificó su acostumbrada exposición mediática.
En el PJ, temerosos de terminar salpicados por sus polémicas, le pasaron factura después de la derrota oficialista en el Congreso. Gobernadores e intendentes del conurbano lo criticaron con dureza y dijeron que D´Elía no los representaba.
El piquetero les contestó en el mismo tono y con un mensaje que, en realidad, era para el Gobierno: "No vaya a ser cosa que los que pusimos el pecho seamos la variable de ajuste de los vivos, de los que se escondieron 120 días". La pelea entre piqueteros y peronistas ya era inocultable.
Los interlocutores de D´Elía en el Gobierno -sobre todo, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli- empezaron a pedirle que bajara el perfil. Pero mientras eso pasaba, Alberto Fernández firmaba un "regalo" largamente esperado por D´Elía.
Presiones
El diputado y líder del Frente Transversal, Edgardo Depetri, y el jefe del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, mantienen líneas abiertas en algunas oficinas del poder K. La última semana recorrieron la Casa de Gobierno: organizaron para hoy, con Parrilli, una marcha de antorchas para conmemorar otro aniversario de la muerte de Eva Perón.
Igual no alcanza para contenerlos. En la intimidad, como D´Elía, están inquietos y hasta desconfían de los alcances de la designación de Massa. El día de su asunción, D´Elía, Pérsico y Depetri estuvieron silenciosos y escurridizos. Pérsico ayer hizo reclamos en público. "El problema no es la asunción de Massa. El problema es la ausencia de las organizaciones en el Gobierno", dijo.
La declaración resumió la inquietud de varios. Otro piquetero fue más sintético: "No queremos que nos usen sólo cuando están en problemas". Ninguno se quiere quedar afuera.