El primer ministro israelí, Ehud Olmert, admitió este martes ante los habitantes de la ciudad de Ashkelon que su gobierno no tiene solución para el constante disparo de misiles desde la Franja de Gaza.
“Tendrán que acostumbrarse a la caída de cohetes”, dijo Olmert en un discurso pronunciado ante los residentes. Horas después de su visita, y tras cuatro días de calma, un misil impactó en descampado de la ciudad, por lo que no causó heridos ni daños.
Ashkelon es la segunda ciudad más afectada por los disparos de misiles Kassam y Grad, éstos últimos con un mayor poder de alcance, desde Gaza.
Olmert dijo a los habitantes que no tiene solución en materia de seguridad para “evitar que se repita" esta situación.
Luego, el primer ministro se reunió con las autoridades del hospital Barzilai, quienes le manifestaron su preocupación por el peligro que corre el lugar ante la falta de defensa. “No tiene sentido comparar con lo que pasa en Sderot, donde caen misiles desde hace años. Por eso hay que enfrentarse a ello", les respondió.
Las declaraciones, según reprodujo la prensa israelí, provocaron el enojo del alcalde Roni Mahatzri, quien consideró una "falta de responsabilidad" del gobierno la falta de medidas de seguridad.
No se puede "abandonar" la vida de los 120 mil ciudadanos de Ashkelon y decirles "a partir de hoy viven en una realidad diferente", expresó el funcionario.
Mehatzri reconoció no estar capacitado para indicarles a los niños que cuando escuchen el "alerta rojo" o una sirena se escondan debajo de sus mesas. "Estoy preocupado por el futuro, si hasta el momento no protegieron Sderot, con nosotros tardarán 30 años", señaló.
Al retirarse de la zona, Olmert comentó que se iba con una sensación "alentadora".
“No vine a prometerles seguridad, si no mostrarles que la situación es complicada y que no tenemos soluciones inmediatas, reconoció.
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