El fallo estadounidense que condenó a Irán a pagarle 33 millones de dólares a la familia de una víctima del atentado a la Embajada israelí en Buenos Aires es un "campanazo que sacude la modorra de una justicia lenta", aseguró el secretario de AMIA, Edgardo Gorenberg.
"Periódicamente surgen campanazos que sacuden un poco la modorra de una justicia lenta, recordándonos que hay un vacío de impunidad que algún día habrá que llenar", sostuvo Gorenberg en declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
La jueza de Estados Unidos Ellen Segal Huevelle condenó ayer al gobierno iraní a pagarle 33 millones de dólares a la familia de David Ben-Rafael, un diplomático que murió en la voladura de la embajada israelí en 1992, en la que también murieron otras 28 personas.
Después de "16 largos años desde el impune atentado a la Embajada de Israel, el nombre de Hezbollah y su brazo ejecutor, la Jihad Islámica, aparecen, salen de la oscuridad y nos hacen recordar que hay hechos impunes que deben reencontrarse con el camino de la verdad", comentó el funcionario.
Gorenberg señaló que cuando el ex presidente Néstor Kirchner, en la última asamblea de las Naciones Unidas, le exigió a Teherán "la responsabilidad intelectual de un atentado que también sucedió en Buenos Aires, estaba reclamando ante el mundo por 124 víctimas".
"Es claro que estaba significando la herida abierta del atentado a la Embajada de Israel, que ahora ha sido motivo de acción de la justicia estadounidense", explicó el secretario de AMIA.
Por su parte, el rabino Daniel Goldman, disertante en el Congreso sobre Judaísmo que reúne a los principales líderes latinoamericanos y que se realiza esta semana en la Universidad Hebrea de Jerusalem, sostuvo desde Israel que el fallo de la jueza estadounidense tuvo una "gran repercusión".
Goldman señaló, en declaraciones a AJN, que "los medios de comunicación israelíes comentaron la noticia como un importante gesto y un acto simbólico fuerte".
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