Victor Vaisman, quien presidió la Confederación Latinoamericana Maccabi (CLAM) hasta el 27 de diciembre, dijo “Yo como presidente del CLAM colaboré, pero las respuestas las tienen que dar el Presidente de FACCMA (Guillermo Koon) y el presidente del Comité Organizador (Juan Ofman)” y aclaró “Yo estoy involucrado con el Comité, pero por una cuestión de disciplina y de respeto por mis compañeros, son ellos los que tienen que responder en nombre de la Federación.”
También Vaisman agregó que “una de las tantas tareas de CLAM es controlar que las actividades salgan bien, como lo hicimos en Chile y acá también.”
El problema comenzó al terminar los juegos, cuando la delegación chilena envío una carta firmada por sus principales dirigentes, donde pedían un resarcimiento económico y moral por los hechos sucedidos.
“Pedimos que se les exija una compensación moral y económica para todos los participantes de estos juegos por un servicio no prestado, por una promesa no
cumplida y por una experiencia que para muchos deslindó en lo traumático” fue una de las declaraciones de esa carta.
Esta declaración hizo ruido en otras delegaciones de América como la de Brasil, Colombia y los Estados Unidos que se sumaron a los reclamos generando respuestas de los diferentes responsables en Argentina.
Algunos voluntarios aclararon a Itón Gadol que este problema derivó en que se formará “una comisión internacional conformada por aquellas personas que no son parte.”
Pese a esta crisis, la flamante dirigencia de FACCMA (Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos) solo respondió lo siguiente: “Han llegado cartas duras de reprobación y cartas conceptuosas de felicitación. No vamos a contestar las primeras, ni agradecer las segundas.”