Con casi 70 años de historia, la Escuela y Comunidad Tel Aviv se recuperó de la crisis de 2001-2002, que afectó a muchas instituciones de la comunidad judía en Argentina, y espera la llegada del próximo ciclo lectivo con altas expectativas.
"El gran desafío propuesto es terminar de armar el proyecto conjunto de escuela y comunidad y seguir fortaleciendo la matrícula. Nuestra meta sería recibir un 20 por ciento más de chicos, expectativa que de a poco se va cumpliendo", contó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) Haydee Tag, la directora institucional.
Aumentar la matrícula (que hoy se compone de 200 chicos entre nivel inicial y primario), terminar de posicionar la escuela y la comunidad como proyecto dentro de Paternal, el barrio de Buenos Aires en el que está ubicada la institución, y mejorar circuitos internos que aún lo necesitan, son los objetivos del Tel Aviv, que se basa en su tradición.
"La escuela nació con la meta de brindar educación judía y enseñanza del idish a todos los chicos del barrio de Paternal y siempre estuvo claro que tenían un templo y una escuela. Nosotros hoy tratamos de seguir esa tradición, por eso le pusimos el lema ‘tradición que construye futuro’", aseguró Tag.
"Al crear esta nueva imagen entendemos que no hay que desconocer lo que fue la experiencia, la tradición. La escuela siempre gozó de un muy buen nivel académico de enseñanza y lo sigue sosteniendo", agregó la directora.
Con el "fantasma del cierre" por el que atravesó la institución como consecuencia de la estrepitosa crisis socioeconómica que afectó a la Argentina desde finales de 2001, algunas organizaciones de la comunidad judía elaboraron un plan de ayuda para el Tel Aviv.
La Coalición Educativa (conformada por AMIA, la Agencia Judía para Israel y el Joint, y pensada para resolver cuestiones educativas de la comunidad) colaboró desde un principio en el fortalecimiento institucional, tanto mediante ayuda financiera como de estrategias y planificación.
Además, durante 24 meses la escuela también recibió una colaboración económica de la institución socio-deportiva Cissab.
Según Tag, lo que resultó fundamental para el resurgir de la escuela fue la colaboración de los vecinos de la zona. "Operó muy fuerte el apoyo de las familias del barrio que siguieron sosteniendo la escuela desde diferentes lugares: la comisión directiva, participación en la comunidad, ayuda con el mantenimiento. Hay muchos padres que donan horas de su tiempo, de trabajo voluntario. Esto fue lo que salvó a la escuela y hace que, si bien hoy le estamos dando una imagen más actual, el sostén sigan siendo las familias", explicó la directora.
El 2007 fue un año de intenso trabajo para el equipo directivo del colegio Tel Aviv. "Hubo que ordenar el tema de comunicación interna y externa, supervisar el proyecto pedagógico y y resolver cómo lo presentábamos a la comunidad, cómo hacíamos para mostrarlo a todos aquellos que estaban mirando y dándole valor", agregó Tag.
La directora institucional comentó que ese trabajo se realizó en la primera etapa y que ahora esperan continuar con el proyecto de comunidad.
"Lo importante es que una institución tenga bien planteada cuál es su misión, es básico. No solamente saber hacia dónde va, hacia dónde quiere llegar, sino saber cuál es su misión, por qué debe su existencia", concluyó Tag.
LM-HDB