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Los exportadores chinos, que se enfrentan a un rechazo de sus productos alimenticios en Estados Unidos, están acudiendo a un insólito grupo de inspectores para que colaboren en poner en orden su actividad: rabinos judíos. Las certificaciones Kosher por rabinos se han duplicado a más de 300 en China en los dos últimos años, según la Unión Ortodoxa, una organización con sede en Nueva York que hace las inspecciones. Operan para un mercado que mueve US$ 11.500 millones al año. El grupo espera que miles de fábricas más obtengan la certificación en los próximos años, para acceder así a ese tentador mercado.
clarin