El presidente estadounidense, George W. Bush, visiblemente emocionado, terminó este viernes en el memorial del Holocausto, en Jerusalén, una visita histórica a Israel y Cisjordania, durante la cual predijo un acuerdo de paz antes de finales de año.
Cabizbajo y con lágrimas en los ojos, Bush, vestido con traje azul marino y con la cabeza cubierta por una kipá, escuchó a una coral infantil que cantó un poema escrito por Hanna Senech, víctima de la Gestapo en Hungría.
Después puso una ofrenda floral, traída por dos marines en uniforme de gala, junto a la llama eterna en memoria de los seis millones de judíos exterminados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
‘Es un recuerdo sombrío de que el mal existe y una incitación a oponerse a él cuando lo encontramos’, afirmó el presidente estadounidense al término de su visita al memorial Yad Vashem, que documentan la historia del genocidio de los judíos.
‘Enfrentados a crímenes indescriptibles contra la humanidad, espíritus valientes, jóvenes y viejos, se mantuvieron firmes en sus convicciones. Es un honor estar aquí, es una experiencia conmovedora, es una memoria viva importante’, afirmó Bush.
El memorial Yad Vashem es visita obligada de todos los dignatarios extranjeros que viajan a Israel.
Bush lo visitó acompañado por el presidente israelí, Shimon Peres; el primer ministro, Ehud Olmert, y el presidente de Yad Vashem, Tommy Lapid. La ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, y la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, también tomaron parte en la visita.
Bush viajó después en helicóptero a Galilea, en el norte de Israel, donde debía visitar en privado la iglesia de las Beatitudes, en las colinas desde donde Jesucristo habría pronunciado el Sermón de la Montaña.
Durante la tarde debía dirigirse al aeropuerto Ben Gurion, cerca de Tel Aviv, donde al término de una breve ceremonia de despedida el presidente estadounidense volará con destino a Kuwait.
Bush pretende continuar en el Golfo Pérsico sus esfuerzos para resolver el conflicto israelo-palestino instando a los países árabes a respaldar su intento de lograr un acuerdo de paz en este último año de su presidencia.
Sin embargo, la creciente influencia de Irán en la región y el desafío nuclear que representa se anuncian como la otra gran preocupación durante su viaja a países como Kuwait, Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, situados frente a Irán en la otra orilla del Golfo.
La gira de Bush finalizará en Egipto.
Durante su viaje de tres días a Israel y Cisjordania, el primero de su presidencia, Bush ofreció la perspectiva de un acuerdo que conduzca a la creación de un Estado palestino que coexista en paz con Israel antes de finales de año, o lo que es lo mismo, antes del final de su mandato en enero de 2009.
Bush trazó el jueves las grandes líneas de tal acuerdo tras un encuentro en Ramala (Cisjordania) con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.
Utilizando un lenguaje excepcionalmente enérgico para dirigirse a su gran aliado israelí, Bush afirmó que la ocupación de los Territorios Palestinos debe cesar.
Pero, mientras continúan los disparos de cohetes contra Israel desde la Franja de Gaza y los proyectos de colonización judía en Jerusalén Oriental, reina el escepticismo sobre la facultad de Olmert y Abas para resolver diferendos profundos y lograr que la población acepte las ‘concesiones políticas dolorosas’ que Bush reclamó.
El presidente estadounidense instó a Olmert a cesar la expansión de los colonias en Cisjordania y a desmantelar los asentamientos salvajes.
También pidió a los palestinos el cese de los disparos de cohetes, pero sin precisar cómo la Autoridad Palestina podría recuperar el control de la Franja de Gaza de manos del radical Hamas.