Salomón Barabas, un destacado dirigente de comunidad judía argentina, falleció este martes en la ciudad de Buenos Aires, confirmaron hoy sus familiares y amigos.
Oriundo de Europa Oriental, el azkan emigró de pequeño junto a su familia a Argentina y de inmediato comenzó a militar en los movimientos juveniles de la comunidad, en la segunda y tercera década del siglo XX.
En los años anteriores a la fundación del Estado de Israel, Barabas colaboró en las campañas y actividades recaudatorias que se organizaban a favor del Hospital Israelita Ezra, el Hogar de Ancianos y el Keren Kayemet Leisrael (KKL).
Al mismo tiempo, integró la Federación Sionista Argentina y fue miembro de la representación local de los Alguemeine Sionistim (Sionistas Generales), movimiento en el cual ocupó diversos cargos en su conducción.
A principios de los años noventa, al unirse la Federación Sionista Argentina con Jerut, conformando el Likud en Argentina, Salomón Barabas continúo formando parte de los cuadros dirigentes, y representándolo en la AMIA.
En está última institución fue miembro de la Asamblea de Representantes de Socios y de la Comisión Directiva durante varias cadencias, a la vez que formo parte del Departamento de Socios.
Su actividad comunitaria no se centró solamente en su condición de miembro directivo de las instituciones que la componen, sino que también aportó sus conocimientos profesionales, colaborando activamente en la construcción de varios edificios, entre ellos la escuela Jaim Weisman.
También fue delegado de la comunidad en varios Congresos Sionistas realizados en Jerusalem. Si bien no concretó su alía, gran parte de sus descendientes – hijos, nietos y bisnietos- están radicados en el Estado Judío.
Hace unos años, cuando se retiró del activismo comunitario, el Likud de Argentina lo distinguió como su Presidente Honorario.
Salomón Barabas fue un incansable luchador por la continuidad judía, que – al igual que otros miles – jamás buscó un beneficio personal o la trascendencia mediática.
Con su fallecimiento el Likud de Argentina y toda la comunidad judía pierde a un hombre para el cual el ideal sionista era el nervio motor de la actividad institucional.
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