Por Haitham Tamimi.
El sonido de las campanas, los tambores y las gaitas llenaba la Plaza del Pesebre, mientras personalidades religiosas y políticas llegaban a la localidad donde los cristianos creen que nació Jesús.
Antes del inicio de las festividades, las fuerzas de seguridad palestinas vigilaban las calles en una cantidad no vista desde hace años.
Este es el tercer despliegue importante de fuerzas palestinas en una ciudad de Cisjordania, dentro del plan apoyado por las potencias occidentales después que el grupo Hamas se hiciera con el control de la Franja de Gaza en junio.
En una conferencia patrocinada por Estados Unidos en noviembre, Abbas y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, abrieron una negociación con el objetivo de alcanzar un acuerdo para finales de 2008 de cara a la creación de un Estado palestino.
«El nuevo año, si Dios lo quiere, será un año de seguridad y estabilidad económica,» dijo Abbas en Belén.
«Rezamos para que el año que viene sea el de la independencia para el pueblo palestino,» agregó.
Israel permitió a decenas de cristianos de Gaza viajar a la ciudad para poder participar en las fiestas.
Belén resultó especialmente afectada por la caída del turismo en los primeros años de la Intifada que comenzó en 2000.
La mayoría de sus habitantes no pueden trabajar en la cercana Jerusalén ni desplazarse libremente a otras localidades palestinas, por las restricciones israelíes y la barrera que entra en la tierra de Cisjordania donde los palestinos esperan crear un Estado.
Israel defiende la barrera, que en algunas zonas es alambrada y en otras un muro de cemento, como el modo de evitar la entrada de militantes suicidas.
Pero este año, los comerciantes dicen que están celebrando su Navidad más pacífica -y rentable- desde hace casi siete años.
«Estamos más satisfechos. La situación económica está mejorando un poco,» dijo Jaled Msalam, de 42 años y propietario de una tienda en Belén.
«Aún así, la gente tiene problemas económicos y no puede permitirse muchos productos,» destacó.
Tras años de problemas para llenar las habitaciones, muchos hoteles de Belén han colgado el cartel de «completo» para esta Navidad.
Pero pese a todo reina la cautela, ya que las cifras de ocupación aún están en un 60 ó 70 por ciento respecto a los niveles previos a la Intifada