Uno de cada cinco empleados vive en la pobreza en Israel, donde la brecha entre ricos y pobres y entre quienes residen en los centros financieros y las periferias es cada vez más amplia, según un informe realizado por el Instituto Avda y que difundió hoy el diario local The Jerusalem Post.
A pesar del crecimiento continuo de la economía israelí, las diferencias entre los sectores sociales es grande y las tasas de expansión no alcanzan a toda la población. De acuerdo al informe, si en 2003 se sumaban los salarios de los gerentes de las 25 empresas más importantes, la suma rondaba el millón de dólares, mientras que el año pasado esta cifra alcanzó los dos millones y medio de dólares.
La razón por la que el buen momento de la economía no se siente en los sectores más humildes es porque se dedican a rubros industriales tradicionales, que no crecieron en la medida que lo hicieron la tecnología y los negocios financieros. La mayoría de los empleados con salarios bajos trabaja en las áreas sin gran desarrollo en los últimos años.
El trabajo de Avda muestra que el 32,7 por ciento de la población gana el salario mínimo o incluso menos, lo que representa un aumento del 4 por ciento en comparación con las cifras de 2001.
Según el informe, el desempleo más alto está en los sectores árabes, llegando a casi el 20 por ciento en algunos pueblos, mientras que en las comunidades judías el porcentaje de desocupación más elevado ronda el 9 por ciento.
El autor del informe, Shlomo Savirsky, aseguró que los gobernantes olvidaron el énfasis social en la aplicación de sus políticas y creen que el crecimiento económico es la solución a todo. «El crecimiento aumenta la desigualdad. Podemos cerrar brechas invirtiendo en salud, educación, seguridad social y leyes laborales más fuertes», afirmó.
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