Los preparativos para la visita del presidente estadounidense George W. Bush en Israel y a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), prevista para el próximo 9 de enero, están en plena marcha, informa hoy la prensa local.
El diario Yediot Aharonot indica que ‘las limusinas del presidente están en camino’, aunque también se trasladará en sus helicópteros. Según lo que ha trascendido del programa aún en cierne, Bush dedicará buena parte de su estancia al turismo.
En principio, el objetivo del presidente, que llegaría acompañado por su esposa, es explorar el estado de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, quienes las han reanudado ayer en un hotel de Jerusalén tras un estancamiento de siete años.
Con ese fin se reunirá con el primer ministro israelí Ehud Olmert y con el presidente de la ANP, Mahmud Abás, con este último probablemente en la localidad cisjordana de Jericó, y no en Ramala, donde tiene su sede, por razones de seguridad.
La secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice ha declarado al diario USA Today, que difunde hoy la entrevista, que el presidente Bush, quien patrocinó la reciente Conferencia de Paz de Annapolis, intervendrá en las negociaciones durante la visita en Oriente Próximo, y les impulsará a superar los obstáculos.
También por razones de seguridad, la recepción tras el aterrizaje en Israel se ofrecerá en el aeropuerto internacional ‘Ben Gurión’, y no en el Jardín de las Rosas, situado frente al Parlamento (Kneset), que es lo habitual en este tipo de visitas.
Debido al elevado número de funcionarios y agentes de seguridad en la comitiva, y por falta de lugar, también se descartó una recepción en la residencia del presidente del Estado, Simón Peres.
La semana próxima, informa el rotativo israelí, llegará una vanguardia de representantes de los EEUU para cooperar en la organización de la visita, que incluirá una en el Santo Sepulcro, donde Bush se propone orar, y quizá al vecino Muro de las Lamentaciones judío, dentro de la Jerusalén amurallada.
Según el protocolo, Bush, como otros jefes de Estado, visitará el Centro de Estudios y Museo del Holocausto (Yad Vashem) en Jerusalén, y se supone que, como es tradición, depositará una ofrenda floral en la sinagoga Ohel Shem en memoria de las víctimas del genocidio nazi.