Alemania recibió en los dos últimos años más inmigrantes judíos que Israel.
Se puede escuchar fácilmente que vienen de Rusia; su acento lucha aún por sumergirse en el alemán.
«Se nos invitó como inmigrantes judíos, para volver a crear una vida judía y no rusa en Alemania. A veces nos llaman ‘inmigrantes rusos’ , pero el hecho que hablemos ruso es una cuestión histórica. Somos inmigrantes judíos cuya tarea es hacer resurgir la vida judía aquí y espero esa comprensión de esta ciudad».
Felix Byelyenkov es el presidente de la comunidad judía en la ciudad de Potsdam, ubicada al lado de Berlín.
Su entusiasmo es inagotable y muestra los planes para reconstruir una sinagoga en la ciudad, mientras organiza encuentros con ciudadanos alemanes para explicarles cómo es la vida y las costumbres judías.
Desde el antiguo bloque soviético
Desde la caída del bloque soviético han comenzado a llegar judíos del oriente europeo a Alemania, dentro de un programa del gobierno alemán. Nadie pensaba que sería muy exitoso; volver al lugar donde se había planificado y ejecutado el Holocausto parecía una blasfemia.
Sin embargo, actualmente han llegado a Alemania 200.000 inmigrantes judíos, en su mayor parte desde Rusia. La conflictiva situación actual en Israel parece haberlos hecho preferir quedarse en Alemania.
La comunidad judía planea la construcción de una sinagoga cerca de Berlín.
«Sin la inmigración judía desde los países de la ex Unión Soviética, en vez de tener 50 comunidades tendríamos mucho menos de 20», reconoció el presidente del Consejo Central Judío de Alemania, Stephan Kramer.
En marzo se inauguró en Munich el Centro Judío, al lado de la nueva sinagoga levantada a fines del año pasado, mientras que en Dresde se ordenaron, después de más de 60 años, los primeros rabinos en suelo alemán.
Escuelas, librerías hebreas, restaurantes de comida kosher y clubes juveniles judíos, han comenzado a establecerse en las grandes ciudades alemanas, lo cual hace pensar a muchos que la cultura judía, que tanto aportó a la cultura alemana, podría volver a ser tan pujante como en los años anteriores al nazismo.
Los continuos ataques neonazis parecen no desanimar a esta comunidad, que parece haberse reconciliado en buena parte con Alemania. En palabras del presidente de la comunidad judía alemana, Stephan Kramer:
«Durante el mundial de fútbol, mi hija quería de todas maneras una bandera alemana En algún momento, tenía la bandera alemana en mi auto; al principio me parecía algo grotesco, pero también simpático; creo que nuestros niños nos han despertado».
BBC.-