El Papa Benedicto XVI se opuso a que Bob Dylan participara en un encuentro de jóvenes con el difunto Juan Pablo II en 1997, porque consideraba que la estrella era un tipo equivocado de «profeta», según ha escrito el actual Pontífice en un libro que salió a la venta el jueves.
Benedicto XVI, que cuando se celebró el concierto en Bolonia era el cardenal Joseph Ratzinger, hace esta revelación en un nuevo libro de memorias sobre su predecesor, quien murió en 2005.
«Había razones para ser escépticos (…) para dudar de si era verdaderamente correcto dejar que este tipo de profetas intervinieran», escribió Benedicto XVI, mencionando únicamente a Dylan entre las estrellas que participaron.
En el concierto de 1997, Dylan, el trovador inconformista de la década de los años 60 y una de las mayores influencias musicales del siglo XX, cantó tres canciones ante el Papa, dentro de un recital en el que participaron otros artistas, en su mayoría italianos.
Dylan cantó «Knockin’ on Heaven’s Door», su clásico antibélico «A Hard Rain’s A-Gonna Fall» y «Forever Young», una canción de esperanza y coraje.
En su nuevo libro, el Papa Benedicto XVI no explica por qué no le gusta Bob Dylan o por qué le llama falso «profeta».
Benedicto XVI es un amante de la música clásica y sacra y un consumado pianista clásico. El año pasado canceló el tradicional concierto de Navidad del Vaticano para recaudar fondos, que era un imán para estrellas pop.
Dylan, cuyo nombre verdadero es Robert Zimmerman, nació en una familia judía de clase media en Minnesota, y ha sido agnóstico, judío y cristiano.
En el concierto de 1997, Juan Pablo II se refirió a la que es quizás la canción más famosa de Dylan, «Blowing in the Wind», que se convirtió en un himno para los jóvenes que buscaban el sentido de la vida en los 60.
Juan Pablo II dijo ante unos 300.000 católicos italianos jóvenes que la respuesta estaba verdaderamente «en el viento», pero no en el viento que se lleva las cosas, sino «el viento del espíritu» que los conduciría a Cristo.
Tras cantar, Dylan se quitó su sombrero de vaquero y se acercó al podio para saludar a Juan Pablo II.
El nuevo libro de Benedicto XVI, llamado «Juan Pablo II, mi amado predecesor», es en su mayor parte un reflejo de la personalidad del fallecido Papa y sus escritos religiosos.