No obstante eso, llamativamente, los «cristianos» en el
Líbano apoyan a Israel, porque dicen que «si el Hezbollah triunfa, los
matarán a todos, esto más allá de la acción psicológica, es la declaración
de los cristianos, que son minoría en el Líbano: Texto del Manifiesto de la
Fundación Libanesa por la Paz «Te animamos a golpearles duro y destruir su
infraestructura terrorista. No es únicamente Israel el que está harto de
esta situación, sino la mayoría de los libaneses silenciosos en el Líbano
que están hartos de Hezbolá y son incapaces de hacer algo por miedo a la
respuesta del terror. En representación de los miles de libaneses, te
pedimos que abras las puertas del Aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv a los
miles de voluntarios de la diáspora dispuestos a coger las armas y liberar
su patria del fundamentalismo islámico. Te pedimos apoyo, facilidades y
logística con el fin de ganar esta batalla y lograr juntos los mismos
objetivos: la paz y la seguridad para el Líbano y para Israel y para
nuestras próximas generaciones futuras. Los una vez predominantes libaneses
cristianos responsables de dar al mundo ‘el París de Oriente Medio’, como
solía ser conocido el Líbano, han sido asesinados, masacrados, expulsados de
sus hogares y dispersados por el mundo mientras el Islam radical declaraba
su guerra santa en los años 70 y tomaba el control del país. Manifiestan la
opinión de que Israel y ellos han aprendido de la experiencia personal, que
ahora es descubierta a regañadientes por el resto del mundo. Mientras el
mundo protegía a la OLP retirándose del Líbano en 1983 con Israel en los
talones, nacía otra organización más volátil y de ideales religiosos:
Hezbolá, ‘el Partido de Alá’, fundado por el ayatolá Jomeini y financiado
por Irán. Fue Hezbolá quien voló por los aires los barracones de los Marines
norteamericanos en el Líbano en octubre de 1983 matando a 241 americanos y
67 paracaidistas franceses ese mismo día. El Presidente Reagan ordenó
retirarse a las unidades de la Fuerza Multilateral norteamericana y pasó
página a la masacre de los Marines y a la implicación norteamericana de
Líbano en febrero de 1984. El mundo civilizado, que erróneamente vilificó a
los cristianos y a Israel allá por entonces y que continúa vilificando a
Israel hoy, no estaba prestando atención. Mientras América y el resto del
mundo estaban preocupados por el problema israelí/OLP, los regímenes
terroristas de Siria e Irán alimentaron el fundamentalismo islámico en el
Líbano y en todo el mundo. Los extremistas chi’íes de Hezbolá comenzaron a
multiplicarse como conejos proverbiales desbordando a los cristianos y a los
sunníes moderados. Veinticinco años más tarde han producido suficiente gente
para llegar electoralmente a 24 escaños del parlamento libanés. Desde la
retirada israelí en el 2000, el Líbano se ha convertido en una base
terrorista gestionada y controlada por completo por Siria, con su Presidente
libanés marioneta Lahud y el ‘estado dentro del estado’ de Hezbolá. El
ejército libanés dispone de menos de 10.000 tropas militares. Hezbolá posee
más de 4000 fuerzas paramilitares entrenadas, y hay aproximadamente 700
miembros de la Guardia Revolucionaria iraní en el sur del Líbano y el Valle
de la Bekaa. De modo que, ¿por qué no puede hacer el ejército el trabajo?
Porque una mayoría de musulmanes libaneses supone que el ejército se
dividirá y unirá según directrices religiosas con las fuerzas islámicas
exactamente igual que ocurrió en 1976 al comienzo de la guerra civil
libanesa. Todo se reduce a una guerra de ideología islámica de la jihad vs.
occidentalismo judeocristiano. Los musulmanes que hoy forman parte de la
mayoría de la población del Líbano apoyan a Hezbolá porque son parte de la
umma islámica- la nación. Éste es el tema tabú que todo el mundo intenta
pasar por alto. Los ataques más recientes contra Israel han sido orquestados
por Irán y Siria a raíz de dos intereses distintos. Siria considera el
Líbano como parte de «la Gran Siria». El joven Presidente sirio Assad y sus
hombres fuertes de la Inteligencia militar baazista en Damasco utilizan este
estallido de violencia más reciente para demostrar a los libaneses que
necesitan la presencia siria para protegerse de la agresión israelí y
estabilizar el país. Irán utiliza convenientemente a su ejército títere
libanés Hezbolá con el fin de distraer la atención de los líderes mundiales
en la cumbre del G-8 en San Petersburgo de su búsqueda de armamento nuclear.
El apocalíptico Presidente iraní Ahmadinejad y el clero mulá de Teherán
quieren consolidar la hegemonía en el mundo islámico bajo el estandarte de
la locura chi’í Mahdista. Ahmadinejad quiere consolidar su posición como
principal jihadista de Alá cumpliendo su promesa de ‘borrar a Israel del
mapa’. No importa lo mucho que Occidente evite afrontar la realidad del
extremismo islámico en Oriente Medio, Occidente no puede esconderse del
hecho de que los mismos Hamas y Hezbolá contra los que lucha allí Israel
pertenecen a la misma ideología islámica radical que ha fomentado la
carnicería y las muertes a través del terrorismo contra el que América y el
mundo están luchando. Este es el mismo Hezbolá que Irán amenaza con desatar
en América con atentados suicida si América impide a Irán desarrollar
armamento nuclear. Disponen de células en más de diez ciudades de Estados
Unidos. Hamas dispone de la mayor infraestructura terrorista sobre suelo
americano. Esto es lo que sucede cuando cierras los ojos ante el mal durante
décadas, esperando que desaparezca. El jeque Nasrala, líder de Hezbolá, es
un agente iraní. No es un actor independiente en esta pantomima. Ha estado
involucrado en terrorismo durante más de veinticinco años. Irán, con su
visión islámica de un Oriente Medio chi’í, dispone hoy a sus agentes, sus
tropas y su dinero en Gaza, en los territorios palestinos, el Líbano, Siria
e Irak. Detrás de esto está la visión que impulsa al Presidente iraní
Ahmadinejad, que cree ser ‘la herramienta y catalizador’ de Alá para poner
fin al mundo como lo conocemos y abrir el camino a la era del Mahdi. Tiene
una fe mesiánica ciega en la tradición chi’í del duodécimo u «oculto»
salvador islámico que emergerá de un pozo en la ciudad sagrada de Qum, en
Irán, después del caos, las catástrofes y las muertes en masa globales, y
establecerá la era de la Justicia Islámica y la paz duradera. El Presidente
Ahmadinejad ha declinado hasta la fecha responder a las propuestas de
Estados Unidos, la UE, Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU
para detener la incesante búsqueda por parte de Irán del enriquecimiento
nuclear y el programa de desarrollo armamentístico hasta el 22 de agosto.
¿Por qué el 22 de agosto? Porque el 22 de agosto coincide con la fecha
islámica del 28 de rajab, el día en que el gran Saladino conquistó
Jerusalén. Los extremismos de la ideología de Ahmadinejad de provocar el
Armageddon provocan enorme preocupación a la comunidad de Inteligencia. En
este punto, el mundo civilizado tiene que unirse en la lucha contra los
mismos enemigos que plagan de terrorismo a Israel y al mundo. Tenemos que
dejar de analizar las diferencias entre los enemigos como el Hamas sunní o
el Hezbolá chi’í, y comenzar a destacar que su vínculo común en su lucha
contra nosotros es el Islam radical.
Nombre JAIME
Apellido DOM Pais ARGENTINA
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