El líder del chií Hizbulá, Hasán Nasrala, ha robado protagonismo mediático en el mundo árabe e islámico a los líderes de Al Qaeda, los suníes Osama Bin Laden y Ayman al Zawahiri, gracias a la guerra no declarada que libra con Israel.
Los discursos y las declaraciones hechas por Nasrala desde que comenzó la actual crisis, con la captura el pasado día 12 de dos soldados israelíes, han sido transmitidos en directo por las televisión por satélite árabes, incluidas Al Arabiya y Al Yazira.
Esta última, conocida por su difusión de grabaciones de Bin Laden y Zawahiri, ha sido el único canal de televisión árabe, después de Al Manar, órgano de Hizbulá, al que el líder chií concedió una entrevista tras el inicio de la actual crisis.
Las fotos de Nasarla, así como las banderas del Partido de Dios, han aparecido en las manifestaciones organizadas en varios países árabes e islámicos en apoyo a Hizbulá, incluidos estados suníes, como Egipto, Yemen y Sudán.
Según varios expertos egipcios en el islamismo, la resistencia mostrada por Hizbulá contra Israel ha supuesto un apoyo sin precedentes a su movimiento en Líbano y el fortalecimiento de los chiíes frente a la frágil alianza suní y cristiana creada en ese país tras el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri, en febrero de 2005.
La muerte de Hariri encendió entonces el fuego de la discordia entre el gobierno dirigido por los suníes y la milicia chií, respaldada por Siria e Irán.
‘Nasralá ha emergido como un líder indiscutible, con una popularidad abrumadora entre los chiíes y gran número de suníes e incluso entre los cristianos libaneses, que suelen mostrarse contrarios a Hizbulá y su milicia’, aseguró a Efe Wahid Abdelmeguid, subdirector del egipcio Centro de Estudios Políticos y Estratégicos de Al Ahram.
Abdelmeguid agregó que ‘Nasralá le ha robado protagonismo a Bin Laden, pero creo que esto será temporal’.
‘Es cierto que el carisma (de Nasralá) no tiene precedentes entre los líderes de los grupos árabes, aunque no lo podemos comparar con el que gozó (el presidente egipcio y promotor del panarabismo Gamal Abdel) Naser durante su presidencia entre 1954 y 1970’, agregó.
Hizbulá ha sido elogiado igualmente por clérigos tanto chiíes y suníes del mundo árabe.
Uno de los religiosos suníes más representativos, el egipcio Yusef Al Qardawi, ha emitido una fatwa (edicto religioso) en la que hacía un llamamiento a favor de la ‘Yihad’ (guerra santa) lanzada por Hizbulá contra la ‘entidad sionista’ (Israel).
Asimismo, el grupo musulmán suní más influyente de Egipto, los Hermanos Musulmanes, han mostrado también su respaldo al Partido de Dios.
Abdelmaguid asegura, sin embargo, que a pesar del aumento de su popularidad, Nasralá sigue siendo considerado como un infiel por varios grupos ‘salafíes (integristas) y yihadistas (combatientes por la guerra santa)’, que rechazan apoyarlo.
Otros pensadores están en desacuerdo con esta postura y consideran que hay unanimidad entre las filas suníes, incluso las más radicales, a la hora de considerar a Nasrala como un líder panárabe y panislamista, que resiste con firmeza los planes de Israel y Estados Unidos.
‘No hay duda de que hay un consenso entre chiíes y suníes para permanecer unidos alrededor de Nasralá’, dijo Mamduh Ismail, un abogado suní de tendencia integrista.
Varios analistas recordaron que las acciones de Al Qaeda son condenadas como actos de terrorismo por todos los gobiernos islámicos, así como por la mayoría de los pueblos árabes y musulmanes, mientras que las de Hizbulá son para todos ‘resistencia legítima’.