Hola, ¿que tal?
Se me ocurrió escribirles a Ustedes.
Veo en Clarín siempre a los pobres libaneses que se refugian, a los chicos libaneses muertos de miedo. ¿Y nosotros qué?
Mauro y Guido, mis hijos, al escuchar la segunda sirena se escaparon a lo de mi mamá. Tenías que ver la cara de Mauro sentado en el miklat. Moría de miedo.
Sergio, mi marido y yo quedamos en casa. A la semana él me obligó a que yo también me refugie en el centro del país. Así que viajé de mi hermana.
Los chicos tienen dos semanas sin ver al padre ¿Eso no es ser refugiado?
Por cuestiones de cuidar el trabajo, por no saber que pasará el mes próximo con los sueldos, Sergio decidió quedarse e ir a trabajar.
Recién ayer viernes viajó para aquí, pero este sábado por la noche volveré con él a Kiriat Bialik.
Mis hijos como otros chicos israelíes ¿No son refugiados, no tienen miedo?
Yo adulta al escuchar la sirena me moría de miedo. Es de terror.
¿Nuestros chicos israelíes de 20 años como mi hijo también de 20 que están dando sus vidas, no se ven en el mundo?
Ayer cayó un katiusha en el Hospital de Naharía, ¿Eso no lo condena la Cruz Roja Internacional? Ya es el segundo misil que pega en un hospital.
Cuando comenzó todo esto cayo también un misil en el hospital de Tzfat.
Naharía esta destruida, lo mismo pasa con Tzfat, ¿Eso no se ve en el mundo?
Yo entraré ahora a la tercer semana sin trabajar, ¿Eso no ve el mundo?
Disculpame por este mail, pero me salió así, en realidad me hubiera gustado
hacérselo llegar a Clarín, pero te lo hice llegar a vos querido Daniel.
Esperando que nuestros jaialim, (soldados) vuelvan muy pronto a sus casas enteros y a salvo y que esto termine pronto.
Un abrazo.
Graciela.
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