La ciudad de Ashkelon, pocos kilómetros al norte de Gaza no se acostumbra a los cohetes de tipo Grad que caen cada vez con más frecuencia ya no solamente en el sur del cono urbano, sino también en barrios de viviendas y en plantas industriales. Según los manos militares, los proyectiles tendrían como destino algunos sitios estratégicos como la planta generadora de electricidad y la de acopio y distribución de combustibles. En esa área funciona también una de las mayores plantas desalinizadoras de agua de mar del país.
Después de uno de los impactos en Ahkelón, el gabinete de seguridad resolvió profundizar el ingreso de tropas y blindados a Gaza, cuando los efectivos ya estaban presentes en el lugar.
El movimiento Hamas, cuyo brazo armado, las Brigadas Izedin al Kasam, se atribuyó el ataque contra Ashkelon, respondió advirtiendo de un «baño de sangre» en las calles israelíes si no se detiene la ofensiva contra los territorios palestinos.
Israel se ve obligado a «cambiar las reglas del juego», dijo el primer ministro, Ehud Olmert, al conocer las afirmaciones de Hamás, que asumió el Gobierno de la Autoridad Palestina después de obtener la victoria en las elecciones parlamentarias de enero último.
De acuerdo con el Gobierno, los ministros que integran el gabinete de seguridad aprobó este miércoles una «operación militar gradual de largo plazo» en la Franja de Gaza y Cisjordania. Al mismo tiempo, la oficina del primer ministro desmintió la información que afirmaba que se delimitará una zona de seguridad en el norte de la franja de Gaza.
El Ejército recibió, en cambio, la autorización para «cortar» en diversas partes el territorio palestino y ataque edificaciones «que sirven para el terror».
Israel inició la operación «Lluvia de verano» para lograr la liberación del soldado Gilad Shalit. Se supone que el joven militar está recluido en un escondite subterráneo en algún lugar de Gaza.
El primer ministro Olmert calificó los ataques contra Ashkelon como una «grave escalada» de la violencia, que tendrá graves consecuencias para los palestinos.
Mientras, Hamas, que encabeza el gobierno palestino, aseguró hoy que habrá un baño de sangre en las calles de Israel si el Estado judío continúa con sus amenazas y ataques en la Franja de Gaza.
Hamas continúa en su postura intransigente y de sustento del terror, a pesar de los reclamos de Israel y de los organismos internacionales. Emite comunicados en los que insta a la violencia y la resistencia armada pero no a la detención del lanzamiento de cohetes Kasam contra poblaciones linderas.
La ministra finlandesa para Asuntos Europeos, Paula Lehtomaki, hablando ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo dijo que «No podemos aceptar medidas desproporcionadas que castigan a toda la población», refiriéndose a las operaciones militares de Israel. Asimismo, exhortó a los palestinos a poner en libertad al soldado israelí secuestrado y a detener el lanzamiento de misiles contra territorio israelí.
También la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, solicitó a Israel aliviar la crisis humanitaria en los territorios palestinos y afirmó que las dos partes deben rebajar la tensión.
Además, Ferrero-Waldner advirtió de que el nuevo brote de violencia está dificultando los planes para lanzar un fondo especial de ayuda para los palestinos.
Aurora
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