En su más enérgica toma de posición pública sobre la guerra en Medio Oriente, el presidente Néstor Kirchner hizo ayer un llamado a la paz y reclamó que se terminaran «definitivamente las agresiones mutuas» y «que no haya invasiones» a los países en conflicto.
«Queremos ayudar a encontrar los caminos que terminen con esas horrendas visiones que tenemos desde aquí sobre lo que están viviendo hermanos que habitan otros lugares del mundo, que para nosotros son hermanos independientemente del credo, raza o religión», dijo Kirchner, al abrir la cumbre de presidentes del Mercosur, que terminó de sesionar ayer aquí.
Además, el presidente argentino instó a los demás participantes de la reunión a firmar un llamado a la paz conjunto: «Las naciones del Mercosur y de América del Sur debemos hacer un llamado grande, amplio, generoso, hacia la paz, como lo hicieran las Naciones Unidas».
En cuanto a las «invasiones» a las que hizo referencia Kirchner, el embajador israelí en la Argentina, Rafael Eldad, dijo luego a LA NACION: «No creo de ninguna manera que Kirchner esté haciendo referencia a Israel. Israel no ha invadido a nadie; Israel fue invadido por Hezbollah, que mató a soldados israelíes, secuestró a dos e intentó extorsionar a Israel. El que invadió y violó la soberanía de Israel fue Hezbollah, el culpable de toda esta situación».
Eldad añadió que coincidía «totalmente con Kirchner en su llamado de paz y de acercamiento».
Al final de la cumbre de Córdoba, se emitió una declaración bastante más acotada que las propias definiciones de Kirchner; un documento en el que no se habla de «invasión», como sí había hecho el presidente argentino.
La declaración de los países participantes refleja «la extrema preocupación por la dramática situación imperante en Medio Oriente y por la gravísima crisis humanitaria de la cual es víctima la población civil de la región». Se añade un llamado «al inmediato cese del fuego» y se insta a las partes involucradas (a las que no menciona) a «retomar en forma urgente las vías del diálogo».