El almanaque avanza y ya estamos casi promediando el año 2006. Y precisamente a finales del presente año serán las elecciones para la renovación de autoridades de la DAIA.
Si bien no se han expuesto públicamente aún nombres de posibles candidatos ni de probables listas o cargos, corren diferentes rumores acerca de quienes se estarían preparando para la carrera electoral. Haciendo la aclaración de que sólo se trata de «rumores» o de «trascendidos», adelantaremos algunos datos respecto a los nombres que empiezan a sonar en algunos ámbitos de la comunidad.
Por empezar, y esto no es un secreto para nadie, quien estaría sumamente interesado en acceder al cargo de Presidente de la DAIA es el ex Presidente de AMIA, el Lic. Abraham Kaúl. Ahora bien, la pregunta que surge es si más allá de su deseo cuenta o no con una estructura que lo respalde. Y aquí es donde aparece un serio interrogante, dado que, si bien Kaúl es un integrante del alicaído partido Avodá, su última presidencia al frente de la AMIA le generó muchas diferencias con otros co-partidarios, con lo cual se crea una incertidumbre respecto a cómo serán las internas de dicho partido en el momento de tener que elegir a su candidato. Pero por otra parte, hasta el momento no parece haber surgido ningún otro nombre de un posible contrincante dispuesto a pelear con Kaúl dentro de Avodá por la candidatura para la DAIA.
El segundo posible candidato para la DAIA es el actual presidente de dicha entidad, el Dr. Jorge Kirszenbaum, de quien muchos opinan que viene realizando una buena y equilibrada gestión. Principalmente a partir del éxito alcanzado en la convocatoria del festejo por los 70 años de vida de la DAIA – al cual además de la nutrida concurrencia asistieron autoridades nacionales, miembros del cuerpo diplomático de diversos países y representantes de todos los ámbitos del quehacer nacional y comunitario- y del reciente acto de conmemoración de Iom Hashoáh realizado en el Teatro Colón, al que asistió practicamente toda la plana mayor de autoridades nacionales excluyendo al Presidente Kirchner que se encontraba en Brasil en esos momentos, pero que estuvo representado por el Vicepresidente a cargo de la presidencia de la nación, Daniel Scioli, y por la primera dama y senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien hizo uso de la palabra, además del Jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman, el ministro de educación Daniel Filmus y otras figuras nacionales, la entidad ganó un reconocimiento notable dentro y fuera de los marcos comunitarios.
En síntesis, habría muchos factores políticos comunitarios interesados en que Kirszenbaum continúe al frente de la DAIA, entre los cuales también habría miembros conspicuos del propio partido Avodá y de otras fuerzas. Sin embargo éste no habría aún confirmado sus intenciones de presentarse como candidato para una reelección.
Otro de los nombres que ruedan en los corrillos, aunque no se sepa exactamente para qué cargos dentro de la DAIA, es el del Dr. Agustín Zbar, quien además de haber tenido alguna participación comunitaria en CUJA y en DAIA, alcanzó el cargo de diputado nacional en reemplazo de Nilda Garré, cuando ésta fue designada embajadora en Venezuela, antes de ser Ministro de Defensa. Respecto de Zbar hay versiones contrapuestas: mientras algunos afirman que Kául le habría ofrecido ocupar el cargo de Vicepresidente de DAIA en una posible lista encabezada por él, otros aseguran que Zbar acompañaría, eventualmente, una lista encabezada por Kirszenbaum. Sea como sea, el nombre de este joven y lúcido activista comunitario quien desde hace algún tiempo viene estrechando sus vínculos con la ortodoxia judía, comienza a hacerse oir cada vez con más fuerza.
No faltan nombres de activistas que desde hace décadas vienen acariciando el sueño de sentarse en la silla de la presidencia de DAIA sin lograrlo. Pero al parecer, ninguno de ellos alcanzó nunca a rozar el poder, razón por la cual no vale la pena arriesgar sus nombres al menos por ahora.
Lo real, sin embargo, es que cada vez son menos los dirigentes comunitarios dispuestos, interesados y con capacidad suficiente como para ejercer un cargo de tanta envergadura, y esto deriva en que no exista una verdadera disputa política del poder entre factores diversos, como debería suceder en un sistema que aspira a ser democrático y representativo. Los que fueran destacados dirigentes de partidos sionistas hoy están alejados de toda militancia política –en algunos casos, desgastados por haber ejercido cargos centrales en momentos sumamente críticos- y nada parece demostrar que exista aún una generación de recambio que aspire a tomar semejante responsabilidad. Sobre todo en los tiempos que corren, y después de que ocurrieran tantas desgracias en la comunidad como fueron los dos atentados y el galopante aumento de la pobreza en sectores de la clase media –a lo cual habría que agregar el panorama internacional en cuanto al terrorismo, el antisemitismo y el complejo problema entre Israel y los palestinos- el sillón de la máxima dirigencia comunitaria como es la DAIA, se ha convertido en un brasero ardiente del cual se puede salir muy chamuscado. Y esto, sin duda, agrega un factor intimidante a la hora de decidir aceptar una candidatura.
Todo ello nos lleva a pensar en qué sucederá en un futuro menos inmediato, más allá de las incógnitas que puedan presentarse para esta próxima cadencia de la DAIA, en la medida en que siga decayendo el interés en el activismo dirigencial en una comunidad que cada vez se achica más.
LAa Voz Judía