La condición es que Israel se retire de Cisjordania, ocupada en la «Guerra de los seis días», a la línea del armisticio o «línea verde» vigente antes de estallar la contienda.
Ese paso ya lo dio Israel en septiembre del año pasado al replegarse de Gaza.
«Si Israel se retira a las fronteras de 1967, prevalecerá la paz y nosotros pondremos en práctica una tregua («hudna») por muchos años», afirmó el primer ministro palestino al rotativo de Tel Aviv.
El ministro palestino de Transportes, Ziad Zaza, presente durante la entrevista, comentó que «al alto al fuego se renovará automáticamente» cada cierto periodo de tiempo.
Haniye y Hamás se niegan a reconocer la legitimidad del Estado israelí por considerar que se estableció en 1948 en parte del territorio de Palestina, es decir en «tierras sagradas del Islam», entonces bajo mandato de Inglaterra por fideicomiso de la ONU.
El dirigente palestino declinó referirse a la iniciativa de paz adoptada por el mundo árabe en la Cumbre de 2002, celebrada en Beirut, donde los países participantes se comprometieron a reconocer y concertar la paz con Israel si retrocediera a las líneas de 1967.
«Ese es un asunto entre nosotros y los árabes», dijo Haniye, cuyo Gobierno rechazó de hecho esa iniciativa de Arabia Saudí.
Haniye tampoco aceptó referirse a la carta constitucional de Hamás, que rechaza la existencia de Israel. «Deje usted a Hamás de lado, yo le estoy hablando como líder del Gobierno palestino, el Gobierno de todos los palestinos, y no el de un movimiento».
Las declaraciones del primer ministro palestino coinciden hoy con una serie de reuniones del presidente estadounidense, George W.Bush, con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, en Washington.
Israel, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) exigen a Haniye reconocer al Estado hebreo a fin de impulsar el estancado proceso de paz, dispersar la milicia de Hamás y respetar acuerdos suscritos por el presidente de la ANP, Yaser Arafat, desde los de Oslo (1993).
El dirigente palestino preguntó durante la entrevista por qué el Gobierno del primer ministro israelí, Ehud Olmert, se niega a negociar con los suyos asuntos de interés diario para los dos pueblos, y exigió la transferencia de los fondos que recauda en concepto de impuestos como agente de retención por un acuerdo de 1994.
El Gobierno israelí, que solía transferir unos 50 millones de dólares mensuales por ese concepto a la ANP, suspendió las remesas en marzo pasado, antes de asumir Haniye el Gobierno después de la victoria electoral de Hamás en Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental.
Por su lado, también EEUU, la UE y otros donantes de la ANP cesaron sus transferencias hasta que el Gobierno de Hamás cumpla con esas exigencias para reconocerlo y proseguir con su ayuda.
El Gabinete Nacional de Israel aprobó el domingo pasado, antes de viajar Olmert a los EEUU, la transferencia de 11 millones de dólares a la ANP en forma de equipos médicos y medicinas.