El vice-embajador israelí ante Naciones Unidas, Aaron Jacob, acusó a la Asamblea General de ignorar «la realidad de la implacable campaña de ataques suicidas» y de oponerse a «una condena contra el terrorismo palestino».
La resolución exige el regreso de las tropas israelíes a las posiciones que ocupaban antes del comienzo de la segunda intifada palestina, en septiembre de 2000.
El texto también pone énfasis en la necesidad de que los palestinos tengan acceso a ayuda médica y humanitaria.
Un informe de la Agencia Internacional para el Desarrollo sugiere que el 30% de los niños palestinos menores de cinco años sufren de desnutrición crónica y el 21% de desnutrición aguda.